Antonio Lafuente, investigador del Instituto de Historia (CSIC), nos traslada en esta entrevista a Aragón [Gobierno] Abierto la necesidad de crear laboratorios ciudadanos por parte de la administración para poder experimentar.
Con frecuencia, las Administraciones Públicas tienen la necesidad de introducir e innovar otras prácticas, métodos, actores,… Antes lo llamábamos ‘participación’, nos explica Lafuente; ahora lo llamamos ‘laboratorios’ porque es ahí donde se experimenta y se produce conocimiento.
“Un laboratorio ciudadano es el espacio por antonomasia para desarrollar políticas experimentales”.
Nos explica cómo la innovación, según él, es algo que tiene que darse en dos momentos separados: uno de aprendizaje, que operaría en los laboratorios ciudadanos; otro de impacto, en el que trasladar las ideas del mundo de lo ideado al mundo de la realidad donde están los problemas concretos. La experimentación tiene riesgos, pero hay que perder el miedo a fracasar.
“No solamente queremos ser eficientes, también queremos cambiar el mundo”
¡Pero lo mejor es que lo escuches a él!
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