Paola Ricaurte (Openlabs Tecnológico de Monterrey) abre con este artículo el Tema-LAAAB ‘Experimentar [en/con/a través de] las instituciones’.
Un Tema del LAAAB es una colección de artículos que conforman un hilo narrativo a partir de las reflexiones de personas con distintos perfiles y desde todo el mundo.

Nuestros países enfrentan múltiples y complejos desafíos sociales que no pueden abordarse de manera fragmentada y sin involucrar a los actores directamente implicados. Los modelos de gestión gubernamental se plantean regularmente bajo un esquema vertical, lento, fijo y cerrado que inhibe la capacidad de agencia de los sujetos. Las instituciones tradicionales requieren de una mayor democratización para incorporar nuevos esquemas de gobernanza que den cabida a todas las voces a través de nuevas plataformas y metodologías.

A la par, observamos posibilidades de apropiación tecnológica que permiten la emergencia de modelos más abiertos y participativos de gobierno para promover la inclusión, la innovación social y la reconfiguración institucional. Es en este contexto que presentamos un marco general de reflexión sobre las condiciones que pueden inducir esos cambios de manera dinámica.

La institución desde el origen

Del latín institutionem, institución hace referencia a un arreglo, una disposición. Del verbo instituere “arreglar, poner en un lugar, establecer”, carga el sentido de referirse a algo establecido (una ley, una práctica, un arreglo social).

Las instituciones, como estructuras o mecanismos establecidos por los grupos sociales para regular las interacciones entre los individuos, modelan la vida social (North, 1991). Como construcciones sociales proyectan imaginarios y valores de lo que significa vivir en común. Las instituciones económicas, científicas, políticas, legislativas, jurídicas, educativas, enmarcan nuestro pensamiento y nuestras emociones (Douglas, 1986).

Las instituciones se definen como “un complejo conjunto de posiciones, roles, normas y valores alojados en tipos particulares de estructuras sociales y que organizan patrones relativamente estables de actividad humana con respecto a problemas fundamentales para producir vida -mantener recursos, reproducir individuos y mantener estructuras sociales viables dentro de un ambiente dado”. (Turner, 1997, p. 6)

La reinvención de las instituciones

Las instituciones sociales se crean y mantienen gracias a la aceptación colectiva (Miller, 2014): es decir, existen únicamente en la medida en que colectivamente se cree que existen; de lo contrario, generan una actitud de rechazo colectivo.

Nuestro momento histórico se caracteriza como una época de abierta desconfianza hacia las instituciones. Esta desconfianza es el resultado de décadas del desencanto ante el fracaso de los gobiernos, el sistema financiero, los partidos políticos, las leyes, el sistema de justicia, la ciencia, la educación y la democracia representativa para garantizar el derecho a una vida digna.

Si bien es cierto que somos testigos de que las instituciones se transforman a un ritmo mucho más lento que los movimiento sociales, el cambio de paradigma en la participación ciudadana y las crecientes expectativas con respecto al desempeño institucional, han generado una presión social intensa que exige su reinvención, a través de la apertura, la agilidad, la flexibilidad, el dinamismo y la experimentación.

La construcción de una nueva institucionalidad atraviesa por múltiples dimensiones:

  • visiones
  • problemáticas
  • agentes
  • campos
  • metodologías
  • tecnologías
  • espacios
  • escalas
  • temporalidades

La transformación en estas dimensiones se traduce en una participación ciudadana abierta en la toma de decisiones y el hacer institucional; la diversidad de agentes que pueden habitar la institución; los métodos, mecanismos y procesos para garantizar la participación; los campos de acción; las tecnologías para la creación, colaboración y comunicación; los espacios flexibles; las escalas (o escalabilidad) de las propuestas y alcance; y las temporalidades de la participación.

Serres (1994) acuñó el término de extitución para dar cuenta de la posibilidad de generar fuerzas centrífugas ciudadanas que ejercieran contrapesos a las fuerzas centrípetas institucionales. Ese movimiento “hacia el afuera” (Tirado & Maureira, 2016) fortalece la agencia del sujeto y la capacidad de incidencia en el mundo social.

Esta fuerza centrífuga ciudadana en la era contemporánea viene asociada a muchos movimientos en red, una elevada conectividad y dinámicas complejas (Ecosistema Urbano, 2011).

Este cambio de paradigma nos debe conducir a la creación de instituciones distribuidas, como un nuevo nivel en la estructura de la participación. Instituciones que puedan plantearse como plataformas de colaboración abierta distribuida (crowsourced institutions) o instituciones que puedan diseñarse de manera distribuida. Ecosistema Urbano (2011) lo define como network design: un proceso de diseño en red que conduce a la vez al pensamiento en red.

Hacia una nueva institucionalidad a través de la experimentación

La rigidez de los marcos institucionales puede ser subvertida a través de metodologías experimentales que abran la posibilidad de generar procesos de innovación y transformación en entornos de bajo riesgo. Discutimos aquí el modelo de experimentación a través de laboratorios ciudadanos y del proceso de creación de prototipos como un paradigma viable para alcanzar este propósito: “los laboratorios como espacios para la experimentación y la producción colaborativa abren la discusión sobre la manera en que nos aproximamos a la complejidad social” (Ricaurte y Brussa, 2017)

Los laboratorios, como plataformas experimentales, poseen la virtud de la flexibilidad y la agilidad para encarar la transformación institucional. La producción de prototipos durante del laboratorio puede abordar la complejidad en diversos niveles.

En ese sentido, Ruecker (2015) propone tres tipos de prototipo: los impulsados por la producción, los experimentales y los de provocación. Los primeros están orientados a la elaboración de un producto mínimo viable, un proceso o un sistema. En segundo lugar se encuentran los prototipos experimentales. El objetivo no es crear un producto sino generar conocimiento sobre una idea o pregunta que se encuentra encarnada en el prototipo. El tercer prototipo, de provocación, cuestiona las presuposiciones, las interpretaciones estereotipadas, y genera cambios en la manera de pensar. Podríamos decir que es el prototipo del desaprendizaje.

Prototipar, experimentar, probar, modelar, figurar, idear, equivocarse son mecanismos de aprendizaje y desaprendizaje que provocan la transformación de los sujetos y las instituciones. La libertad que se deriva de dar mayor relevancia al proceso que al resultado, trabajar en Beta permanente, la forzosa iteratividad de los procesos, la colaboración como principio, detona procesos creativos y disyuntivos (Brussa, Ricaurte, Masnatta, 2016; Medialab-Prado, 2014).

¿Cómo y qué, con quién, cuándo, para qué prototipar en las instituciones? La gama de opciones es muy variada y los objetivos pueden ir de lo micro a lo meso: se puede abrir la posibilidad de prototipar proyectos, herramientas, plataformas o de prototipar una transformación institucional integral.

Los laboratorios ciudadanos constituyen una apuesta por la innovación y un mecanismo para que las instituciones respondan ágilmente a los imperativos sociales. Hoy deben pensarse como extituciones: plataformas abiertas, incluyentes, ciudadanas, con capacidad de acción y gestión. Los movimientos ciudadanos están transformando las estructuras institucionales verticales, cerradas, fijas y atomizadas en estructuras más distribuidas, abiertas, flexibles e interconectadas. Es imprescindible si queremos recuperar el derecho a la vida en común.

Para abonar a esta discusión desde diversas miradas y lugares institucionales, iniciamos una serie de publicaciones en torno a la temática Experimentar en las instituciones. Este tema se encuentra vinculado a dos ejes del LAAAB: participación y derecho a decidir y metodologías para la inteligencia colectiva. Esperamos que este espacio constituya un lugar de interpelación y propuesta acerca de las nuevas institucionalidades y los mecanismos habilitados para garantizar la participación de la ciudadanía en todos los planos.

Paola Ricaurte Quijano

 

Referencias

Brussa, V. , Ricaurte, P. y Masnatta, M. (2016). Prototipar las HD. Primer congreso internacional Humanidades Digitales: Construcciones local en contextos globales. Buenos Aires: Red Argentina de Humanidades Digitales.

Connection. https://www.flaticon.com/

Dancer. http://www.flaticon.com/

Douglas, M. (1986). How institutions think. Syracuse University Press.

Ecosistema Urbano. (2011). Network Thinking : investigando nuevas metodologías de diseño y aprendizaje. [Blogpost]. La Ciudad Viva. Recuperado de http://www.laciudadviva.org/blogs/?p=10439 , http://ecosistemaurbano.com/

Ecosistema urbano. (2011). What is Network Design Methodology? [Blogspot] Dreamhamar. Recuperado de http://www.dreamhamar.org/2011/07/what-is-network-design-methodology/

Institution. Online Etymology Dictionary. Recuperado de https://www.etymonline.com/word/institution

Medialab-Prado (2014). Taller de prototipado. [Blogpost] Recuperado de http://medialab-prado.es/article/taller_de_prototipado

Miller, S. (2014) Social Institutions, The Stanford Encyclopedia of Philosophy . Recuperado de https://plato.stanford.edu/archives/win2014/entries/social-institutions/

North, D. C. (1991). Institutions. Journal of economic perspectives, 5(1), 97-112.

Ricaurte, P., & Brussa, V. (2017). Laboratorios ciudadanos, laboratorios comunes: repertorios para pensar la universidad y las Humanidades Digitales. Liinc em Revista, 13 (1).

Ruecker, (2015). A Brief Taxonomy of Prototypes for the Digital Humanities. Scholarly and Research Communication 6 (2). Recuperado de

.             http://src-online.ca/index.php/src/article/view/222/415

Tirado, F.J. y Domènech, M. (2001). Extituciones: del poder y sus autonomías. Política y Sociedad, 36. pp. 191-204.

Turner, J. (1997). The Institutional Order. New York: Longman.

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