ESCUELA DE PARTICIPACIÓN:
Actividades y tareas realizadas por el alumnado de la Certificación de Extensión Universitaria en Técnicas de participación ciudadana en el curso 2018/2019.

Esta formación es fruto de la colaboración entre la Dirección General de Participación Ciudadana, Transparencia, Cooperación y Voluntariado del Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza.


Breve crónica de la clase impartida el 24/1/2019 por Alejandro Calderón, de Herizont Innovación.

Por Cristina Sánchez Herrando

 

En la sesión “Metodologías participativas para el LAAAB – Taller de validación”, Alejandro Calderón nos presenta un manual elaborado desde el Gobierno de Aragón “para facilitar la labor de los/as dinamizadores/as y agilizar el uso de estos documentos – el manual explicativo, las plantillas para resultados y evaluación y las fichas imprimibles para los talleres -, en especial una vez se hayan familiarizado con las metodologías”.

Este material está pensado para los “Talleres de Validación”, que consisten en sesiones estructuradas en las que se somete un borrador de ley, plan o programa a dinámicas de detección y solución de errores, debates y toma de decisiones en orden de hacerlo más útil para la sociedad.

Durante el desarrollo exposición de Alejandro se perciben tres puntos fuertes del material presentado, que parecen justificar su elaboración y necesidad:

  1. Sistematiza, y unifica criterios, dinámicas y resultados en los procesos participativos que se realizan en los talleres de validación.
  2. Propone realizar una sesión de diagnóstico antes de la sesión informativa del proceso, lo que permite determinar mejor el número de sesiones de debate necesarias para ejecutar de manera efectiva el trabajo. Este punto se plantea como una de las principales novedades de la nueva metodología de LAAAB.
  3. Incide y aporta una batería muy interesante de dinámicas con el objetivo de “mejorar la experiencia del participante para hacer más atractivas las sesiones y favorecer que quieran acercarse a LAAAB.”

La propuesta de sistematizar materiales, indicadores y resultados, ampliar diagnóstico… resulta muy interesante a la hora de visibilizar los procesos de una manera atractiva y sencilla, permitiendo una mayor transparencia y facilitando la transmisión del conocimiento.

Sin embargo, respecto al tercer punto de promover las dinámicas y utilizarlas según recomienda el manual: “el panel de metodologías nos permite un número increíble de combinaciones para los talleres, seleccionando de 2 a 4 dinámicas a realizar en cada sesión…”; surge una reflexión.

Estamos asistiendo a un boom de la utilización de las metodologías, de plataformas para compartir materiales y de la producción de guías que aglutinan herramientas. No deberíamos perder el foco de que son meramente son eso: herramientas al servicio del proceso. Su uso indiscriminado puede “vaciar” el proceso y su contenido. Produciremos o co-produciremos un montón de ideas, pero puede que no cambie el compromiso, la intencionalidad y la forma de pensar colectiva respecto a lo que se quiere legislar. Puede que no se produzca un acercamiento deseable entre los puntos de vista de los agentes y no se tome enserio, convirtiéndose el proceso en entretenimiento que no aterriza en lo concreto.

Las herramientas, aunque puedan parecer neutrales, no lo son. Muchas están concebidas como herramientas muy individualistas y refuerzan la participación desde un enfoque individual a través de posturas ganar-perder, eficiencia económica frente a eficiencia social. Es posible que el cambio individual provoque cambios colectivos, pero… ¿la responsabilidad de aportar en un proceso es de cada uno de los agentes, o se trata de construir un cuerpo colectivo que se implique en la mejora de la norma en estos talleres de validación?

En definitiva, herramientas sí, pero sabiendo para qué. En mi opinión, este es el reto para el facilitador, más relevante a mi juicio que la tesis inicial de falta de conocimiento de metodologías para el proceso.

Al manual del disruptivo erizo, le podríamos añadir dos útiles imprescindibles para cualquier proceso: la brújula para no perder la dirección de las dinámicas; y el espejo, cuyo levantamiento (mediante la devolución) exige la yuxtaposición de opiniones diversas y la construcción de una reflexión colectiva, fruto de mirar con detenimiento desde diferentes puntos de vista la ley, la norma o el programa a tratar.

  • ESCUELA DE PARTICIPACIÓN: Actividades y tareas realizadas por el alumnado del curso de la Universidad de Zaragoza, coorganizado con el Gobierno de Aragón: Certificación de Extensión Universitaria en Técnicas de participación ciudadana.

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