CUERPOS QUE SIENTEN Y SE SITÚAN ENFRENTANDO LAS VIOLENCIAS MACHISTAS
El Espacio LAAAB se convirtió el 8 de febrero por la mañana en un laboratorio de experimentación de nuevas posibilidades con nuestros cuerpos gracias a Pamela Palenciano y su equipo. Posibilidades que se abren después de sentir kinestésicamente lo que nos pasa al sentir violencia, sensaciones que nos permiten grabar en nuestros cuerpos otras opciones de respuesta ante las violencias machistas que vemos y sufrimos. Un espacio seguro, de cuidado, de experimentación y de reconstrucción fue el taller Teatro Gerundio: herramientas para sanar las violencias machistas.
Este taller, inauguró el ciclo Resiliencias feministas: encuentros contra las violencias machistas, como bien reflejó Raúl Oliván en la inauguración del espacio, fue claramente experiencial, dinámico y participativo para las más de 30 personas que pudieron disfrutarlo. Después de una ronda de presentaciones que expusieron que se esperaba su taller como si fuera un concierto de ópera de Montserrat Caballé, con nervios y expectativas altas, Pamela nos puso en movimiento para cumplir con matrícula de honor con esas ganas.
Es indescriptible la sensación cuando los laboratorios ciudadanos contemplan la corporalidad, la emoción y la integralidad del ser humano. Cuerpo en el suelo, respirando, sintiendo y sintiéndose. Un espacio diáfano, un canvas nunca en blanco, que construir a partir de las violencias en colectivo. Placer empieza con la misma letra que posibilidades, participación y paz.
A partir de ahí, no hubo stop y nos adentró en el sentir kinestésico, fruto de su trabajo con Marina Pallarés y el Teatro del sí. Investigar diferentes ritmos y velocidades, sabiendo que el no está en la cabeza, el sí está en el resto del cuerpo. Después le dió la mano a Laban, para investigar diferentes tipos de movimientos con nuestro cuerpo: teclar, deslizar, golpear. Y volviendo siempre, con sus preguntas, a la conciencia de la corporalidad: “qué le pasa a mi rodilla, a mi respirar, a mi cara caminando en el ritmo 5; vamos a poner nuestro cuerpo a caminar en posición de superioridad para ver qué siente”
Con la intención de que nuestros cuerpos grabaran más la sensación de golpear, de sacar, de tirar… para podernos sacar más fácilmente todas las violencias que nos ejercen, Pamela Palenciano iba comentando sobre las nuevas formas de violencia: “la palabra tóxica se ha puesto de moda para bajar intensidad a las violencias machistas y que no se identifiquen a estos agresores como violentos; de algo tóxico te puedes proteger y tienes medios externos que poner entre el agente tóxico y tú. Cuando estás en una relación violenta, esas violencias están formando parte de ti, de tu cuerpo, de tu pensar, de tu cotidianidad y no es tan automático poner una barrera“.
Con todos los cuerpos sueltos y gozando, la propuesta que hizo Pamela en la segunda parte del taller fue situarnos por grupos y trabajar individualmente, pero con el apoyo del resto del grupo en el rol de coro, la transición física y emocional entre dos opciones. La primera opción era el tránsito de poner en el cuerpo cómo me sentí cuando ejercieron violencia sobre mí hacia el cómo me sentí cuando la superé. La segunda opción era ponerse en el otro rol, el de cómo me sentí cuando ejercí violencia hacia el cómo me sentí cuando la resarcí. Porque, decía Pamela, pedir perdón se queda corto. La belleza de las imágenes y la intensidad de las experiencias compartidas en los pequeños grupos no son narrables en una crónica, pero quizá la palabra acuerpar con la que define el hecho de poner el cuerpo (y no sólo la cabeza y/o la palabra) en el momento y el apoyo a las personas que están pasándolo, pueda ofrecer algún destello.
Un universo de emociones en las que nos sumergió Pamela Palenciano con arte, humor, coraje y cariño. Y que en un círculo final devolvía gratitud, desafío, comodidad con el espacio y las personas, dificultad de volver a afrontar las experiencias, proceso, transformación, placer de encontrarse, empoderamiento, capacidad de resiliencia, fortaleza y unidad. Un camino por la igualdad, con nuevas herramientas contra las violencias machistas, que empieza con cada paso que cada persona se anima a dar.
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Maria
Nos encanto el taller, para nada era lo que esperábamos, creíamos que seria algo teórico, y fue una experiencia super positiva!
Rematarlo con le monologo de por la tarde nos dejo ya del todo amocionadas
Gracias!