La III edición de la Social Impact Academy llegó a su ecuador el 23 de marzo con una quinta sesión de trabajo que llevó a los participantes a dar un paso más dentro de la fase #IDEA. Las ideas, soluciones y proyectos que proponen ¿son novedosos, útiles, factibles, deseables? ¿Y en qué medida lo son? La respuesta a estas cuestiones sirvió para dar pie a una tarde llena de momentos para reflexionar.
Uno de los retos a los que se enfrentan en este proceso los jóvenes que forman parte de la SIA es afrontar el desapego por sus puntos de partida: no debemos quedarnos con la primera idea que se nos ocurra cuando estamos pensando en un proyecto.
Frente al inmovilismo, los prejuicios y juicios de valor tenemos el pensamiento expansivo, porque en muchas ocasiones las ideas más estrambóticas generan soluciones visionarias.
Una parte destacada de la veintena de proyectos que están participando en el programa han experimentado un pivotaje radical en su desarrollo: un innovador social no puede enamorarse de su propuesta, pero sí puede ¡y debe! permitirse ese enamoramiento con los usuarios o grupos para los que desarrolla su solución.
Si ponemos a la persona, a sus necesidades concretas, en el centro de nuestro emprendimiento, siempre acertaremos.
La academia, las empresas y las instituciones, todas a una
Las metodologías ágiles ahondan en nuestra capacidad de adaptarnos a entornos cambiantes y ser productivos: son las claves detrás del vector #FAST dentro del modelo HIP y para entenderlo con una historia en primera persona, recibimos como inspirador a Álvaro Lombardo, participante de una edición anterior de la SIA.
Álvaro llegó desde Bruselas, donde trabaja en gestión de proyectos desde la perspectiva del lobby en positivo para varios programas europeos de impacto social. Además de emprendedor, es presidente de Jóvenes Europeos Federalistas de Aragón.
Lombardo detalló su formación y experiencia, atravesada por la pandemia en 2020, y compartió con los SIA las posibilidades que se abren para proyectos de impacto social cuando se tienden puentes entre los ámbitos público y privado y en el que juegan un papel fundamental los grupos de presión o interés, los lobistas.
Tal y como explicó, la experiencia en primera persona de Álvaro tras haber pasado por la primera edición de la Social Impact Academy hace tres años le ha resultado de gran utilidad para moverse entre los programas y oportunidades para jóvenes que ofrece la Unión Europea.
“En la SIA aprendí a evaluar objetivos, a aceptar los cambios, que nunca es tarde para empezar y el valor de lo colectivo”, explicó Álvaro Lombardo. Sobre el lobby en positivo, detalló que ejercerlo tiene como finalidad que los ciudadanos puedan “incidir en la sociedad, en las administraciones, igual que lo hacen las empresas”.
Así, la ciudadanía en general puede contribuir en la elaboración de las políticas públicas, tal y como ejemplificó Álvaro, “aportando sus ideas y soluciones mediante el diálogo directo con las instituciones públicas” que en muchas ocasiones “es posible gracias a los lobbies”, como el de jóvenes de la UE al que él mismo pertenece.
Además quiso compartir con los chicos y chicas lo que le hubiera gustado escuchar en su edición como alumno SIA sobre estrategias y herramientas de impacto social y respondió sus preguntas con claridad, aportando enlaces y documentación útil para jóvenes emprendedores a nivel regional, nacional y comunitario.
Por último, quiso resaltar “la iniciativa y la perseverancia” como factores clave para desarrollar una idea: “Si queréis hacer todo eso, tenéis la idea y queréis madurarla, la SIA es vuestro destino”, concluyó nuestro inspirador.
Una visita sorpresa
El cierre de la sesión nos trajo a una inspiradora inesperada: los SIA tuvieron la oportunidad de conocer el trabajo de la artista zaragozana Gema Rupérez, una narradora visual que compagina en sus propuestas vídeo, ilustración, espacios, objetos y cuerpos.
Sentados en círculo, conversaron con Rupérez y repasaron momentos clave de su trayectoria artística y su desarrollo profesional. Durante aquellos minutos se generó un espacio para pensar en cada uno de sus proyectos desde una perspectiva distinta, emocional y autoreflexiva que dejó huella en muchos de ellos.
¿A dónde nos llevará la siguiente sesión de la SIA?…
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