Entrevista a María Pilar Monzón Miguel
Estudió Administración y Dirección de Empresas y es Auditora de cuentas. Realizó el Posgrado de Experto Universitario en Dirección de Empresas de Economía Social.
Durante 16 años, trabajó en una asesoría de empresas, en contabilidad y auditoría de cuentas. Actualmente es secretaria y técnica de emprendimiento y proyectos en la Red de Economía Alternativa y Solidaria de Aragón. También es fundadora y mediadora de la Asociación ¿Hablamos?, desde la que trabajan por la Justicia Restaurativa en Aragón. Es socia de varias asociaciones y cooperativas de consumo y servicios.
Recientemente ha terminado su formación en Mediación de Emprendimiento, Civil y Mercantil.
¿Dónde naciste? ¿Y dónde te criaste?
Nací en Zaragoza y también me crie aquí.
¿De dónde te sientes?
Me siento maña de pura cepa.
¿Cómo recuerdas tu infancia?
Tuve una infancia muy normal; tengo recuerdos muy gratos de los veranos en las fiestas de los pueblos de mis familiares, y de las vacaciones con mis padres y hermanos. Tengo muy buenos recuerdos de las fiestas del barrio de San José, que eran fantásticas…
¿A qué colegio e instituto fuiste?
Estudié en el colegio público San José de Calasanz, en el barrio de San José, y posteriormente en el instituto Pablo Gargallo, para terminar mi formación en el instituto J. M. Blecua, porque nos mudamos de San José a Torrero.
Y, en esa etapa formativa, ¿recuerdas a algún profesor o profesora que te marcara especialmente, de quien tengas un recuerdo especial?
Recuerdo con especial cariño a mis profesores de filosofía, porque nos hacían pensar y me encantaba. En el IES José Manuel Blecua tuve una profesora que era filósofa y misionera; nos introdujo en una serie de tertulias humanísticas muy interesantes. A día de hoy, he redescubierto, a través de mis propios hijos, la importancia de la vocación y la implicación de los cuerpos docentes en la motivación del alumnado. Creo que, en ese aspecto, tuve mucha suerte.
¿Qué hacías cuando no estabas en el colegio?
Me gustaba mucho salir a pasear por el barrio. Tengo una hermana doce años menor, y solía pasearla en su carrito y aprovechaba estas salidas para socializar con un montón de gente. Pasaba muchas tardes en el Club Juvenil de tiempo libre del barrio.
En la adolescencia comencé a salir de fiesta con amigas del barrio. Ya un poco más mayor me uní a la ONG en la que colaboraba mi profesora filósofa y misionera que te comentaba antes; comencé a realizar actividades de voluntariado con mayores, en campamentos, y cada vez me impliqué más en esta asociación. Llegué a ser representante de la misma ante varios organismos públicos, con apenas 18 años.
En cuanto a estudios universitarios, ¿qué estudiaste y por qué te decidiste por esa formación?
En un principio me interesaba la geología, porque había que salir a la montaña a buscar piedras. Pero mi padre era una persona muy pragmática, me desencantó de la geología y me decanté por la Administración de Empresas. Entendí que detrás de todo hay una parte económica, y que la administración y la gestión mueven las cosas. Y como siempre he sido una persona muy inquieta y organizadora, me llamó esa parcela de la economía.
¿Percibiste durante esta etapa de tu vida, dificultades o discriminaciones por el hecho de ser niña?
Yo soy la mayor de mi familia, y padecí todas las restricciones y el peso de la responsabilidad de ser la mayor, de tener que dar ejemplo a mis hermanos… Recuerdo que, a veces, en verano, no podía ir a la piscina porque tenía que ayudar a mi padre con su trabajo y sacrificar mi tiempo para hacerle de secretaria. También tenía que tener mucho cuidado al salir de fiesta; la ropa que podía o no ponerme, cómo debía vestirme, las “malas compañías”, los horarios de vuelta a casa…
Y una vez que llegas a la edad adulta, estableces tu propia familia y tu círculo de amistades…
Siempre he sido una persona muy inquieta y me he movido mucho en diferentes ámbitos, lo cual me ha permitido conocer a mucha gente. Creo que tengo muy buenos amigos y amigas. Hay a mi alrededor, tanto a nivel profesional como personal, muchas personas muy valiosas que están trabajando activamente por mejorar la sociedad; y me siento muy orgullosa de que sean mis amigos.
Afortunadamente, me casé con un hombre extraordinario, que siempre ha sabido entenderme y respetarme en mis pequeñas locuras.
¿Cómo habéis planteado la educación de vuestros hijos?
Actualmente, soy madre de 3 hijos varones, de 16, 14 y 12 años. Ha sido y es una tarea difícil, porque, como suele decirse, los niños no nacen con manual de instrucciones. Y además la faceta de educador de tus propios hijos, la aprendes haciendo, a base de prueba y error. También comprendemos que ellos tienen derecho a equivocarse y aprender de sus propios errores, como hicimos nosotros a su edad.
Nuestra intención de base era que fueran buenas personas, que pudieran convivir con todo el mundo y respetar. Decidimos que fueran a un club de tiempo libre próximo, para que vivieran la diversidad y aprendieran a convivir con todo el mundo.
¿Crees que, en tu carrera profesional, has llegado dónde querías llegar?
Es algo que me planteo todos los días, porque soy de darle muchas vueltas a la cabeza, y reflexionando al respecto en un momento de mi vida, me di cuenta de que mi trabajo en la consultoría de más de 15 años, no tenía mucho que ver con ese espíritu inquieto y colaborativo que poseo y decidí reorientar mi carrera hacia la economía social en la oportunidad que supuso para mi trabajar en REAS Aragón y a la justicia restaurativa, desde la asociación ¿hablamos?.
Creo que estoy en cambio permanente y aprendiendo siempre. Entiendo mi carrera más como un camino que como una meta.
¿A qué has tenido que renunciar para alcanzar esas metas profesionales?
Mi dedicación profesional en la asesoría me exigía mucho tiempo. Afortunadamente, mi marido siempre ha asumido con buena disposición mis ausencias por trabajo y las derivadas de mi vocación colaborativa y asociativa, a las que, gracias a él he podido dedicarles mi tiempo.
La conciliación es una cuestión complicada, y la carga mental que conlleva, lo es aún más, pero hemos sabido repartirnos las tareas de manera que ambos pudiéramos desarrollarnos personalmente. Sí es cierto, que, por mi educación, tiendo a asumir mayoritariamente la carga mental de la familia y el hogar.
¿A qué dedicas tu tiempo libre?
Tengo una vecina y amiga desde la adolescencia, con la que suelo quedar a tomar algo los viernes, y creo que también nos sirve a las dos cómo un poco de terapia, para descargar tensiones y relajarnos.
Suelo dedicar gran parte de mi tiempo libre a mi labor en el asociacionismo y el voluntariado. Reconozco que mi tiempo libre es muy social. Sin embargo, intento encontrar momentos de relax solo para mí. También me gusta mucho ir a la montaña, a pasear… Cada vez estoy más concienciada con la necesidad del auto cuidado y procuro dedicarme más tiempo para mí.
¿Cómo te sientes contigo misma? ¿Eres feliz?
Me siento, en general bastante bien. Pero como soy bastante reflexiva, me he dado cuenta de que tengo que parar de vez en cuando y estoy aprendiendo a decir no. Intento dirigir mis esfuerzos a aquellos asuntos en los que mi aportación pueda ser más relevante. Suelo preguntarme: ¿Dónde pongo lo que sé y lo que he adquirido para que empaste bien y pueda servir de mayor ayuda?
Creo que sí que soy feliz, y a veces me siento un poquito culpable porque yo me considero una privilegiada y sé, porque lo conozco de primera mano, que hay muchas personas en el mundo que carecen de lo más básico para poder vivir.
¿Cómo te ves en un futuro no muy lejano?
Creo que me veo involucrada en temas sociales, contribuyendo con mi granito de arena a los cambios que nos hagan mejorar la situación, a todos los niveles y en todas las situaciones en las que pueda aportar.
¿Cómo te gustaría ser recordada?
Como una persona con la que ha sido fácil convivir y trabajar. Desde mis creencias, no considero que la muerte sea algo malo, simplemente es algo que tiene que pasar, y que después hay algo mejor. También me gustaría ser recordada como una persona que conectó a otras personas entre sí, para que pudieran colaborar de manera más eficaz.
Para terminar la entrevista, me gustaría conocer tu opinión personal sobre la situación de la igualdad.
Creo que aún queda mucho por hacer para superar los roles de género y poder liberarnos de las mochilas con las que cargamos las mujeres. Me encanta el trabajo de divulgación y educación que estáis haciendo desde determinadas asociaciones y colectivos para fomentar la igualdad. Hay muchos ámbitos en los que todavía hay que hacer mucho trabajo.
Estoy convencida de que todavía permanece en nuestra sociedad una especie de poso cultural heredado de las generaciones anteriores que nos impide avanzar en la igualdad; y es necesario ese trabajo pedagógico para liberarnos como sociedad de esa carga del pasado.
El proyecto Mujeres Aspasia se ha realizado gracias a las entrevistas realizadas por Sergio Aparicio Pérez, como parte de las prácticas realizadas en el LAAAB dentro del C.P. 3 de Promoción de la Igualdad Efectiva de mujeres y hombres gestionado por CEOE Aragón.
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