Entrevista a Ceren Gergeroglu
Es Presidenta de la Federación Aragonesa de Solidaridad y Delegada Autonómica de Aragón de la Asamblea de Cooperación Por la Paz. Está enfocada en muchos asuntos, como la Justicia Social Global, la Solidaridad, la Cooperación, la Sostenibilidad y la Transformación Social. Trabajando por la paz, la Educación, la Ciudadanía Global y los Derechos Humanos.
Se ha especializado en Relaciones Internacionales, Desarrollo Sostenible Internacional, Ayuda Humanitaria, Política, Estrategia, Comunicación, Redes, Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y Sociedad Civil.
¿Dónde naciste y dónde te criaste?
Nací en Ankara, la capital de Turquía y me crié allí hasta 2007, año en que llegué a Zaragoza. Toda mi infancia y adolescencia la viví en Ankara.
¿Cómo recuerdas tu infancia?
Mi padre es un periodista de guerra muy reconocido en Turquía y mi madre es Policía Nacional. Me transmitieron valores de justicia social, inclusión, defensa de los derechos humanos…
Estudié en un colegio de Ankara, mientras me cuidaba mi abuela, por dificultades de conciliación con la jornada laboral de mis padres. Crecí en un barrio, jugando en la calle, con niños y niñas muy diversas. Sin embargo, en el colegio, mi situación era algo más privilegiada.
Recuerdo de primera mano esta armonía entre todos estos aspectos y diferencias que veía y de esta diversidad que me ha llevado a crecer como persona.
¿Qué formación estudiaste y por qué?
Conseguí entrar en una de las mejores universidades de Turquía, la Universidad Técnica de Oriente Medio en Ankara, para estudiar Relaciones Internacionales. Estudiando esta carrera comencé mi activismo a través de una red europea de estudiantes, donde aprendí el modo de realizar proyectos europeos y trasladar mis valores familiares a esas iniciativas, utilizando esos proyectos como herramientas para la trasformación social.
La carrera de Relaciones Internacionales que cursé era muy completa. Se estudiaba políticas públicas, diplomacia, derecho, economía… y estos aprendizajes me permitieron desarrollarme positivamente.
¿En tu infancia y adolescencia, sentiste un trato diferencial por el hecho de ser niña?
No, yo en mi infancia no percibí situaciones personales de discriminación. Pero sí que pude presenciar situaciones de desigualdad y discriminación en otros entornos.
¿Cómo acabaste residiendo en Zaragoza?
Me enamoré de un maño. Nos conocimos a través de uno de estos proyectos europeos que te comentaba anteriormente. Pude viajar a Zaragoza como voluntaria para realizar actividades de interculturalidad en zonas rurales despobladas. Mi actual marido era uno de los organizadores de esta iniciativa.
Nos conocimos, nos caímos bien, y procurábamos coincidir en proyectos que nos permitieran mantener el contacto. Mantuvimos durante tres años y medio una relación a larga distancia, yo en Ankara y él en Zaragoza. Cuando terminé la carrera me vine a Zaragoza. Nos casamos, tenemos una hija, y ya hace 15 años que resido aquí.
¿Consideras que has tenido que hacer algunas renuncias para conseguir la carrera que has logrado?
La mayoría de mis renuncias han sido emocionales. Soy hija única y mis padres cada año son más mayores. Lo que más me pesa ahora mismo es esta distancia y la incertidumbre sobre su estado, sobre sus necesidades de cuidados…
Con respecto a mi carrera profesional, he tenido mucha suerte con las personas que he conocido y me han ayudado mucho en mi trabajo. Al principio de mi residencia en Zaragoza, sí que tuve algunas dificultades hasta que conseguí nivel suficiente en español.
La familia de mi marido también nos ha ayudado mucho a cuidar de mi hija, porque la conciliación es muy difícil para una pareja trabajadora, por las dificultades horarias que supone. He tenido que reducir mi jornada laboral durante 4 años; he tenido que rechazar algunas formaciones y proyectos. Existen dificultades sistémicas asociadas a ciertas tradiciones que me han afectado por el hecho de ser mujer.
Yo creo en el aprendizaje continuo y para mí es apasionante continuar creciendo y aprendiendo. El hecho de residir en Zaragoza, fuera de los grandes circuitos como Madrid o Barcelona, también ha limitado en algunos casos mis posibilidades.
¿A qué dedicas tu tiempo libre?
Intento hacer algo de deporte. He comenzado a practicar kayak en el río Ebro; pero la mayor parte de mi tiempo libre lo dedico a estar con mi hija, disfrutando de ella, haciendo manualidades…
Nos gusta mucho viajar, realizar pequeñas excursiones, en coche o en tren, a lugares cercanos. Mi marido es músico y mi hija toca algún instrumento y disfrutamos mucho de la música en familia.
¿Cómo te sientes contigo misma? ¿Eres feliz?
Sí, definitivamente sí. Me siento muy bien, me siento plena, completa. Siempre hay cosas que trastocan la vida, pero, en general, me siento bien. También me siento muy privilegiada por tener la vida y la familia que tengo. Sé que alcanzar mis objetivos me ha costado mucho esfuerzo y trabajo, y me siento orgullosa de ello.
Tengo que convivir con la incertidumbre que supone tener a mis padres lejos. Quiero que todos estemos bien de salud y felices, y a veces me preocupa no conseguirlo.
¿Qué le dirías a esa niña de 4 o 5 años, que jugaba en la calle en Ankara?
Yo de pequeña quería ser actriz de teatro, y para mí, en aquella época, significaría un fracaso no haberlo conseguido. Tenía mucho miedo de no poder alcanzarlo. Actualmente, me he involucrado en algunos proyectos de teatro fórum y he colaborado en revistas de teatro.
Creo que le diría: “tranquila, que tendrás perspectivas y cuando seas mayor entenderás la profundidad de las cosas y descubrirás que no era tan importante. Relájate, que te esperan muchas cosas buenas, ten esperanza en la vida”.
¿Cómo te ves en el futuro?
Actualmente estoy esperando las listas de admisión del Master de Comunicación en UNIZAR, y si puedo cursarlo, me gustaría enfocarme en un futuro en la comunicación para la transformación social y la superación del clima de odio e incertidumbre.
Desearía fomentar una transformación en positivo, para asentar todo lo que se ha ganado y seguir avanzando en mejorar la vida de la gente.
¿Cómo te gustaría ser recordada?
Como una persona sencilla, amable y muy trabajadora. Me gustaría que mi hija tuviera un buen recuerdo de mí y me siga queriendo.
Para terminar la entrevista, me gustaría conocer tu opinión personal sobre la situación de la igualdad entre mujeres y hombres.
En el momento actual, lo que siento, es una profunda preocupación. Todos los colectivos que componen nuestra sociedad, que es tan diversa, creo que se encuentran amenazados por el contexto político y social.
Se emiten constantemente mensajes de miedo y de odio, que están calando en algunos sectores, y que pretenden invisibilizar y normalizar la discriminación.
Todas las personas que defendemos la igualdad, la equidad, la inclusión y la diversidad, tenemos que estar muy alerta para no dar pasos atrás, que signifiquen un retroceso en todos los derechos y espacios que hemos conseguido; debemos continuar progresando y ampliando los horizontes, para alcanzar la igualdad real de todas las personas.
El proyecto Mujeres Aspasia se ha realizado gracias a las entrevistas realizadas por Sergio Aparicio Pérez, como parte de las prácticas realizadas en el LAAAB dentro del C.P. 3 de Promoción de la Igualdad Efectiva de mujeres y hombres gestionado por CEOE Aragón.
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