LAS ALCOBAS TAMBIÉN COMO ESCENARIOS DE PARTICIPACIÓN POLÍCA: CRÓNICA DE UN CONVERSATORIO
El 3 de octubre un grupo pequeño, pero comunitario y diverso de la #ComunidadAspasia, se dedicó a conversar sobre la educación para la participación, rescatando voces femeninas frente al patriarcado, gracias al hilo y la labor editora y escritora realizada por Celia Barrio Marcén y María Gómez Patiño, dinamizadas por Mª Ángeles Millán.
Mª Ángeles Millán les hizo contestar, al hilo de sus libros, de qué iban y por qué había que leerlos, como inicio provocador. Celia Barrio nos habló de Safo de Lesbos y de cómo había conocido a esta mujer gracias a su docente de griego en el instituto, Marisa Berri. Y cómo de ese recuerdo de Safo había seguido estudiando y recopilando información, buscando papiros guardados en bibliotecas orientales y lo había plasmado en su libro Safo de Lesbos: una musa para la educación.
Por su parte María Gómez nos contó cómo había oído el nombre de Claire Elisabeth Gravier de Vergennes, la condesa de Remusat, en una exposición en París por primera vez y cómo el no saber nada de la vida de una mujer salonnier que se codeaba con Napoleón le espoleó a tirar del hilo y acabó traduciendo el Ensayo sobre la educación de las mujeres.
Leyendo fragmentos de los libros, el debate fue dando continuos saltos temporales entre el mundo helénico -en el que las mujeres no eran consideradas ciudadanas-, la Francia napoleónica en que las mujeres (y sólo las acomodadas) vivían y escribían desde las alcobas hasta llegar a nuestros días, donde las mujeres estamos y participamos en muchos ámbitos de la vida pública, todavía con mucho trabajo por hacer para estar en condiciones igualitarias.
Fue muy revelador, a pesar de la diferencia histórica entre estas dos mujeres referentes, cómo ambas pertenecían a clases sociales cultas y con familias que habían intervenido positivamente a favor de su educación formal. También compartían la experiencia de sistemas que, sin poder llamarse propiamente sistemas educativos, que actuaban bajo el “objetivo educativo” de que la función de las mujeres fuera de la ser las perfectas esposas. Y ese era el único marco en el que se motivaba a participar a las mujeres.
Curiosísima la revelación de como tanto Safo como Claire Elisabeth tuvieron descendencia. Un único ser humano: Safo, una hija; la condesa un hijo. ¿Qué tiene que ver la maternidad y la proyección de la educación? Celia Barrio nos ilustró claramente cómo Jenofonte recogía que la procreación era una función de Estado y la única función adjudicada a las mujeres. Y cómo Safo tuvo una hija a la que educó en su academia junto a muchas otras mujeres. Buena parte del debate tuvo que ver con cómo la educación sexual y afectiva eran parte de la educación formal, no sólo de las mujeres, también de los hombres.
Gracias al hijo de la condesa de Remusat se tienen hoy por escrito sus memorias puesto que fue él, bastantes años después del fallecimiento de su madre, quien se decidió a publicar los escritos de la salonnier. Esta admiración filial como indicador del tipo de educación que la erudita promovió para su hijo y como recordatorio de cómo alguien que escribió siempre, no publicó en su vida y mucho menos, en vida de Napoleón, con quien jugaba al ajedrez y ante el que tenía que dejarse perder habitualmente, para perder sólo la partida y no la vida. Gran jugadora, tenía un mate con su nombre que en los registros de jugadas ante Napoleón no aparece porque “te hago un Remusat y estás muerto”.
Con un público que aportó muchísimas preguntas y situaciones actuales, el debate llevó a hablar del sistema educativo actual y el lugar de las mujeres en él; a reivindicar cómo el feminismo tiene derecho a contradicciones también en la proyección de la educación; a poner sobre la mesa la necesidad de muchas mujeres, para poder estar en espacios públicos, de jugar el papel de ignorantes o incapaces y dejar que “los hombres me explican las cosas” (como el libro de Rebeca Solnit); del divorcio y el papel de los hombres en la reconstrucción de las masculinidades; de la participación invisibilizada desde alcobas y otros espacios femeninos en los que también se ejecutaban estrategias y jugadas políticas; de las participaciones políticas actuales en los espacios y políticas públicas, como en el mundo de la música y las reivindicaciones que, a día de hoy, faltan de conseguir.
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