ESCUELA DE PARTICIPACIÓN:
Actividades y tareas realizadas por el alumnado del curso de la Universidad de Zaragoza, coorganizado con el Gobierno de Aragón: Certificación de Extensión Universitaria en Técnicas de participación ciudadana.


Breve crónica de la clase impartida el 16/04/2018 por Antonio Aguelo (Universidad de Zaragoza):

Por Carmen Díez

 

Interacción, motivación y liderazgo

La ponencia, como su título indica, versó sobre la interacción, motivación y el liderazgo. Desarrollándose estos puntos de manera teórica y práctica.  Así, a través de ejercicios y entrevistas en pareja, se llevó a cabo un desarrollo práctico de la teoría que se iba exponiendo por parte del ponente.  Constituyendo la parte práctica, aproximadamente, el 80% del total de la ponencia, lo que hizo que se tratara de una ponencia amena y en la que la teoría dada queda más asentada.

El primer punto desarrollado por el ponente, siguiendo el título de su ponencia, fue el de la interacción, es decir, la forma de ser y de relacionarnos, de atender a los siguientes aspectos: al yo, al otro y al entorno, sin dejar de lado a ninguno de ellos, puesto que el incidir o pensar sólo en uno, al final, lleva a carencias. Siendo lo deseable que se de un equilibrio, sin dejar de lado ninguno de estos aspectos, o, en el caso, de que no se atienda a todos ellos, se sea consciente de ello.  Opinión que comparto, dado que, en muchas ocasiones no queda más remedio que atender a las necesidades del otro, como en el caso de tener que cuidar de alguien enfermo.  Pero, en estos casos, se debe ser consciente de que se está dejando a un lado el yo y el entorno, para así, por ejemplo, en el caso de enfermedades que se alarguen en el tiempo, y no sea una situación temporal, se pueda poner, o al menos intentar, organizar la situación para que sea sostenible (contratar personal, obtener colaboración familiar, etc…), cosa que si no somos conscientes no haríamos, no pondríamos remedio y a la larga este desequilibrio, entre atender al yo, al otro y al entorno, nos pasará factura.

Además, el ponente delimitó los niveles de relación que se dan: uno a nivel más superficial, que es el que se mostramos en el entorno y comportamos, el que vemos sin más, y otro más profundo, que es más difícil de percibir y conocer, que se da en un ámbito más personal y en el que se ubica nuestros valores, creencias, y pensamientos más profundos que nos rigen.  Utilizando el ponente el símil con un iceberg, que tiene una parte visible en el exterior, en la superficie marina y otra parte en el interior, sumergida en el agua que no se ve a simple vista, sino que hay que descender o sumergirse para poder llegar a verla.

En este apartado, como ejercicio práctico, para asimilar las nociones y teoría dada sobre la interacción, se llevó a cabo, por parejas, una entrevista con  preguntas dadas por el ponente, por ejemplo, una de ellas era qué personaje admirabas en tu juventud/infancia, cómo era y cuáles eran sus valores, con la finalidad de, a través de las respuestas dadas a esas preguntas, conocer a la otra persona, pero en aspectos más propios de la parte más personal (la parte sumergida del iceberg), que normalmente no es mostrada y es difícil de llegar a conocer.

A continuación, siguiendo el título de la ponencia, se desarrolló el tema de la motivación. Incidiendo el ponente en la importancia de saber qué nos mueve a hacer las cosas y qué mueve a los demás, los anhelos, si lo importante es el pasado, el presente o el futuro, dado que, dependiendo de la forma de ser de cada uno, habrá que motivarle de distinta manera. En unos casos, bastará el simple reconocimiento para motivar a alguien y en otros, plantear expectativas de cambio. En el caso de que, por ejemplo, la motivación venga de querer cambiar la situación actual; poniendo como símil el uso de la zanahoria o el palo como medio para que el caballo avance. Siendo importante, a la hora de motivar a un grupo no homogéneo de personas, tener en cuenta los distintos tipos de motivación, para contemplarlas todas. En este apartado, como ejercicio práctico, se realizó de manera individual un test de patrones de motivación.

Y, para finalizar, el ponente desarrolló el punto referido al liderazgo. En este punto, como ejercicio práctico, por parejas, cada uno expuso a la otra parte un proyecto que deseaba desarrollar, con la finalidad de que la otra persona, siguiendo el esquema dado por el ponente, fuese comprobando (chequeando) y realizando los distintos puntos del esquema: comprobando que el objetivo estaba bien definido, fuese realista, realizable, si estaba bien expuesto (si era concreto, factible), se fijase planificación, evaluación, etc…  Este ejercicio me pareció especialmente útil, dado que, muchas veces se tiene claro qué se quiere obtener, pero el que otra persona sea conocedora del objetivo y lo examine permite conocer más aspectos que pasarían desapercibidos, como, por ejemplo, problemas o escollos que podemos encontrarnos que la otra persona, con otros valores, motivaciones y conocimientos, puede localizar que nosotros no hubiésemos percatado en ellos.

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