GILBERTO VIERIA DE SOUZA ha participado en el panel ‘visualización pública’ del Foro de Transparencia e Innovación Democrática celebrado en Zaragoza el 25, 26 y 27 de abril de 2018.
Estamos pasando por una profunda movilización política en Brasil. Las estructuras sociales están en cuestión y la sensación de inseguridad física, económica y emocional llegan a distintas partes de la populación. Reconocerse como ciudadano es más difícil cuando las instituciones – las públicas y las representantes directas del capital – toman distancia de la población. Ejemplo de esto son las narrativas que se construyen alrededor de los datos en el país.
Por un lado, las corporaciones de tecnología que emprenden aplicaciones para casi todo lo que se quiera solucionar en el cotidiano están perdiendo el velo de la innovación y ganando un papel de villanas a medida que nos enteramos de los usos perversos que les dan a las informaciones que cedemos sin preocupaciones cívicas (colectivas o individuales). Para entender un poco más este proceso, ejemplo contemporáneo y contundente es el conjunto de reportajes Chupa Dados de Coding Rights.
Del otro lado de la crisis se encuentra el Estado brasileño que en 2018 ~celebra~ los 6 años de la aprobación de la Ley de Acceso a la Información, que teóricamente le garantizaría a cualquier ciudadano el acceso a los datos públicos. Esta ley regula la transparencia en la gestión pública y, aunque haya habido impactos positivos en este período, todavía hay que avanzar mucho. Con frecuencia encontramos algunas dificultades: la falta de implementación adecuada de sistemas electrónicos de acceso a la información; la capacitación insuficiente de los empleados públicos para tratar con transparencia y con el atendimiento de las demandas por información; las irregularidades en las respuestas a los pedidos de información y en la aplicación del secreto; la ausencia de órganos especiales de control para la fiscalización de la ley; la insuficiencia de prácticas apropiadas de custodia, consolidación y tratamiento de datos personales de solicitantes de información dentro de los órganos públicos. Este último problema lo analiza Artigo 19 en la publicación “Identidade revelada: entraves na busca por informação pública no Brasil”.
Al final, se revela un escenario de disputa en el cual el ciudadano, protagonista de los bancos de datos (ya sean privados o públicos) es un actor secundario en el juego de poder que involucra las decisiones sobre políticas públicas y/o su integridad como consumidor. Las preguntas que solemos hacer en data_labe son: ¿a quiénes pertenecen los datos? ¿En favor de quién están más o menos disponibles? ¿Quién los produce? ¿Cómo hacer visibles los datos a punto de garantizar nuevas narrativas que permitan el desarrollo de comunidades plenas de derechos?
En el seno de los debates internacionales, hemos trabajado con el concepto de Generación Ciudadana de Datos – donde de la producción independiente de bases estructuradas de informaciones representa un frente activo de acceso al debate público y a la formulación de políticas. Es la acción directa y ciudadana en un campo negligente, racista, elitista y machista. Explico: hemos observado que el cruce de datos dispuestos en los informes oficiales de investigación no considera matices cada vez más relevantes en nuestras luchas diarias por representación y, por consecuencia, por la garantía de derechos. Esto talvez tenga que ver con la falta de diversidad histórica de los equipos de analistas de datos, investigadores, estadísticos, matemáticos y, aunque en menor número, de periodistas.
En 2016 construimos con la colaboración de comunicadores de distintas favelas de Rio de Janeiro presentes en Facebook el Mapa de la Comunicación Comunitaria. Ahora esperamos desarrollar un proyecto de generación de datos a través de la movilización comunitaria: el Cocozap (algo como “Cacazap”. En Brasil, “zap” es una forma popular para designar a la aplicación de comunicación móvil Whatsapp).
Se trata de un numero de Whatsapp que pretendemos difundir en escuelas, centros de salud y en las calles de la favela Maré y que sirva como canal de denuncias de basurales y de alcantarillas a cielo abierto en el barrio. La intención es generar datos que lleguen a algunos frentes ciudadanos: a) movilización comunitaria para el tema del saneamiento y la educación ambiental en el barrio; b) generación de narrativas locales que llame la atención del público global de ciudadanos brasileños al descaso con las áreas pobres de las ciudades; c) generación de un banco inédito de informaciones que refute los datos oficiales del saneamiento (que ilusoriamente declaran calidad del 64% de colecta de alcantarillado en el municipio); y por último, aproximación con el poder público y la advocación para incidencia política en el área.
Si lo que entendemos por ciudadanía es un concepto desgastado y en crisis, entonces necesitamos encontrar un nuevo lugar que garantice experiencias comunes de acción y transformación social. En las favelas, a través de un innovador trabajo con datos, hemos encontrado esa posibilidad. Tal vez innovador porque fue un derecho históricamente negado a los menos favorecidos de la población. Ese tempo se está pasando. Seremos protagonistas.
Gilberto Vieira, co-fundador y director de data_labe*
*El data_labe es un laboratorio hecho por jóvenes oriundos de periferias que creen en la importancia de las narrativas producidas a través de datos. La cuestión del imaginario construido sobre las ciudades y las personas que en ellas viven está en el centro de los debates. De a poco vamos comprendiendo que contar historias y disputar el acceso a la producción de datos en Brasil es una misión política, estética y ciudadana.
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