Desde el LAAAB impulsamos una COMUNIDAD DE INNOVACIÓN ABIERTA para crear una red en torno al ecosistema de participación desde diversas perspectivas, perfiles y territorios (local, autonómico, nacional e internacional).

A quien se une a esta Comunidad le hacemos 3 preguntas (nada fáciles, todo hay que decirlo) y que ¡¡os apetecerá leer!!…


Eva Tomás, Marta Laguna y Silvia Benedí de Plebia Sociedad Cooperativa

 

  1. ¿Qué papel debe tener la participación ciudadana en un contexto de posverdad y crisis de legitimidades?

En dicho contexto, la participación debe tener un papel capital y decisivo. Mutar ese “debe tener” en un “puede tener” o “tiene” implica necesariamente promover una participación de calidad que garantice el acceso a información veraz (real y objetiva), reglas de juego claras y metodologías y herramientas adecuadas.
En un escenario en el que proliferan las pseudoverdades, en el que emergen distorsiones y esquemas simplificadores que contribuyen a fragmentar a la ciudadanía alineándola en posicionamientos y creencias reduccionistas… en un entorno que cuenta con amplificadores que refuerzan los marcos dominantes versus el debate y la proliferación de marcos alternativos, la participación debería convertirse en una herramienta útil que contribuya a generar “verdad” a través de la construcción de visiones compartidas sobre los asuntos públicos.
En este marco de crisis de legitimidades, la participación no es una vacuna que cure la desafección pero sí una vitamina que puede contribuir a revertir esta situación; puede ayudar a la ciudadanía a volver a confiar porque todas, todos, aprendemos a confiar desde la práctica y participar implica construir desde la acción, aprendiendo a ensamblar diferentes perspectivas, intereses y ópticas en el diseño, ejecución y evaluación de políticas publicas.
Es el momento de continuar apostando por una participación de “verdad”, con garantías (dejando claro que una cosa es participar y otra decidir), pero buscando implicar a personas que quieren y pueden aportar en los diferentes debates.

 

  1. ¿La participación y la transparencia son un fin o un medio? ¿Hay espacio entre la plena participación directa y la tecnocracia?

Participación y transparencia no son un fin en sí mismo; son un medio que puede contribuir a tomar decisiones más eficientes. Ambas conforman un binomio indisoluble, se necesitan y retroalimentan. Como sabemos, la participación, aun siendo un medio no debemos de reducirla tan solo a una metodología.
Entre la plena participación directa y la tecnocracia hay un espacio fértil para propiciar formas de participación que contribuyan a profundizar en una democracia de calidad que combine, según los casos, su dimensión representativa, con su dimensión directa y la dialógica.
La participación directa, sin intermediación, tiene posibilidades pero no siempre es aplicable. En muchas ocasiones una adecuada toma de decisiones precisa de un contraste de argumentos que reclama medios para promover la participación desde las instituciones. Desde órganos de participación (no basta con su existencia, deberán estar activos y ser dinamizados), procesos participativos que contribuyan a mejorar una actuación pública sometida a debate, audiencias públicas, jurados ciudadanos… entre otras fórmulas.
En cualquier caso para resolver los problemas públicos no siempre es suficiente con abordaje técnico; se precisa buscar las mejores alternativas de entre todas las posibles para lo que es necesario la puesta en marcha de políticas de participación ciudadana y transparencia orientadas a promover la implicación de la ciudadanía en los asuntos de la agenda pública.

  1. ¿Cómo debe funcionar un laboratorio ciudadano de innovación democrática? ¿Cuáles deberían ser sus principales funciones? ¿Y en el ámbito regional?

Dando por hecho, que la participación, como la democracia, lo es siempre y cuando esté en acción, un laboratorio ciudadano de innovación democrática tendrá que ser capaz de generar prácticas que ayuden a profundizar y mejorar el modelo generado a través de la experiencia compartida durante estos años.
En los cimientos del laboratorio se debería incorporar una visión que se aleje de estrategias monolíticas, y sea capaz de innovar desde un mosaico coherente y flexible de metodologías, canales y herramientas que se ajusten a cada contexto, agente y objetivo.
Pese a algunos de los límites del modelo de Gobierno Abierto, el laboratorio ciudadano debería conformarse como una puerta abierta que contribuya a hacer operativo, fundamentalmente, el ejercicio de los derechos de información y participación. Entre sus funciones, propiciar una mayor implicación de la ciudadanía en la construcción de lo público (facilitando también propuestas de abajo arriba); potenciar y mejorar la puesta en marcha e implementación de procesos de participación mediante nuevas metodologías, pero también explorar nuevos espacios y fórmulas no transitados hasta el momento (incorporando a otro tipo de actores que hasta la fecha no suelen participar porque no forman parte de los canales “organizados”); promover nuevas herramientas telemáticas que contribuyan a facilitar diferentes niveles de implicación generando redes horizontales de inteligencia compartida; y promover una formación eminentemente práctica. El laboratorio, además de ser capaz de establecer estrategias de carácter transversal a los diferentes ámbitos de actuación pública, también debería incorporar la posibilidad de establecer sinergias con los diferentes niveles de gobierno. Como sabemos, son los gobiernos locales, como administración más próxima a la ciudadanía, los que pueden facilitar en mayor medida los derechos de información y participación por lo que parece necesario que desde el laboratorio se fomenten instrumentos y herramientas que contribuyan a innovar en las políticas locales de transparencia y participación ciudadana.

 

@PlebiaCoop | www.plebia.es
Desde Plebia S. Cooperativa., proyecto compartido con @MLagunaHndz,  @silvia_benedi y @EvaTomasdelRío, entendemos la participación como una herramienta para  tomar mejores decisiones, para elaborar diagnósticos y evaluaciones más certeros y   mejorar la  puesta en marcha y desarrollo de procesos de transformación.

  • Laboratorio para fomentar la participación ciudadana en el diseño de políticas públicas. El LAAAB es una herramienta de innovación democrática y un espacio de encuentro entre la administración y la sociedad civil, un lugar donde cooperar, reflexionar y experimentar junt=s sobre los desafíos comunes.

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