La nutria es el icono de la comunidad Hateblockers porque es el primer ser vivo que vuelve a un río cuando éste deja de ser tóxico. El río al que nos referimos es internet, un lugar donde tiene lugar nuestra socialización política y también parte de nuestra vida habitual: búsqueda de trabajo o de pareja, contacto con amigos y familiares, compras…
Por desgracia, ese río común también llamado ciberespacio está contaminado por discursos de odio, fake news, haters, trolls y ruido, mucho ruido. Nunca ha habido tanta información y de tantas fuentes para formarse una opinión, pero ¿toda la información que nos llega es bienintencionada? En muchos casos lamentablemente recibimos información inexacta, falsa, exagerada o directamente se dirigen a nosotros/as con altas dosis de agresividad.
Esto está generando una atmósfera tóxica en la red, de manera que la polarización de las posturas se convierte en la norma y el debate de ideas se vuelve en un combate imposible donde no existe el intercambio.
Para contrarrestar esto, un grupo de personas nos hemos unido para impulsar el proyecto Hateblockers. Nuestro objetivo es crear una comunidad de usuarios de internet que se impliquen activamente en frenar la curva del odio en redes sociales.
Esto empieza por nosotros mismos/as: estamos dispuestos/as a revisar nuestro propio comportamiento en redes sociales. No queremos dejarnos llevar por la corriente, sino ser una resistencia activa y pacífica ante quienes intoxican las redes. Tampoco pretendemos desarrollar un discurso naif y “centrista”, sino contrarrestar en positivo las mareas de odio que nos lancen. No se trata de censurar a quien piensa diferente o de huir del debate, sino de exigir que lo que nos tengan que decir nos lo digan en otro tono.
Cualquiera que quiera sumarse a la comunidad Hateblockers podrá acceder a la web Hateblockers.es y acceder a una serie de recursos, como guías sobre cómo actuar en caso de ciberacoso, materiales para compartir en redes sociales, un foro donde debatir con otras personas de la comunidad sobre modos de actuar en internet, un medidor de odio para saber hasta qué punto somos (u hemos sido) haters y mucho más.
A todo ello cabe añadir el Decálogo del Hateblocker, que resume en 10 puntos la filosofía que debe seguir cada activista contra el odio en internet:
1. Cada Hateblocker es un agente de cambio que contribuye a frenar la curva del odio en redes sociales.
2. Make Memes Not War.
3. Cada Hateblocker interviene para reconducir la conversación hacia un tono constructivo.
4. Cada Hateblocker cuenta hasta 10 antes de hablar.
5. Nunca se dice nada en redes que no dirías en persona.
6. Hay que saber diferenciar entre una opinión y quien opina.
7. Cada Hateblocker sabe que le pueden llevar la contraria (y a veces con razón).
8. Cada Hateblocker es un muro contra la propagación de fake news.
9. Cada Hateblocker hace pedagogía entre su gente cercana.
10. “Soy Hateblocker y vengo a reclutaros”: cada Hateblocker aspira a inspirar y movilizar a más y más personas en la lucha por frenar la curva del odio.
Quienes disfrutamos de la red tenemos el deber de implicarnos en mantener este ecosistema lo más sano y seguro posible. Si quieres formar parte de Hateblockers, sólo nos queda decirte: Be nutria my friend.
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