Autor: Rosa Castizo / @RosaCastizo
Cuentan que muchos de los astronautas que han pasado tiempo en el espacio regresan a casa con un profundo cambio de consciencia. Este cambio se produce cuando ven a la Tierra desde lejos, completamente frágil, flotando en medio del vacío, como un pequeño punto azul en el que ya no llegan a percibir fronteras entre países ni divisiones. Al regresar, sienten el llamado “efecto perspectiva”, por el que solo encuentran motivos para que la humanidad esté abierta a colaborar, abierta a conectar, abierta a innovar y abierta al propósito de cuidar ese pálido punto azul; esta nave que compartimos en nuestro viaje espacial.
¿Te imaginas que pudiéramos sentir ese mismo efecto perspectiva sin necesidad de tener que llegar a ser astronauta? Pues te damos la bienvenida al vector OPEN del modelo HIP, que profundiza en ese cambio de consciencia de lo abierto, en las oportunidades que ofrece abrir datos, herramientas, conocimiento y conexiones para conseguir una verdadera innovación transformadora.
Porque a pesar de que la innovación implica transformación, no toda la innovación es transformadora. Para ello tiene que plantear una dirección diferente y estar abierta a distintas situaciones. La innovación transformadora es especialmente útil en contextos que han sufrido cambios importantes, como los que estamos viviendo, saliendo de una pandemia global, con fuertes consecuencias económicas y sociales y una emergencia ambiental sin resolver.
En medio de la situación actual estamos teniendo ejemplos claros de cómo lo abierto, lo OPEN, está en el corazón de la innovación con impacto, la que no deja a nadie atrás y la que busca acelerar el bien común. Lo hemos visto con las patentes de material sanitario, de medicamentos y de vacunas. El desabastecimiento de mascarillas y respiradores durante los primeros meses de la pandemia se debía en gran medida a que las empresas que fabricaban estos materiales no abrieron los diseños y los productos que usaban en su fabricación, obligando a que investigadores y makers tuvieran que desarrollar desde cero, en un tiempo récord, mascarillas, respiradores o material sanitario seguro que pudiera ser fabricado con facilidad en cualquier lugar y que estuviera disponible en cantidad con la urgencia que se necesitaba.
Frena la Curva ha sido otro ejemplo de cómo en momentos de pandemia y de colapso del sistema, tiene respuesta una iniciativa completamente abierta y receptiva a todos los sectores, actores y personas que quisieron colaborar. De hecho, el ecosistema de Frena la Curva se define como “plataforma ciudadana de innovación abierta y cooperación anfibia” (Oliván, 2020). Además, Frena la Curva ha usado software libre en todo momento, como ushahidi, que hace fácil que distintos usuarios puedan adaptar sus mapas a las necesidades de los proyectos, como hicieron la docena de países que llegaron a adaptar el mapa de Frena La Curva a las realidades que estaban viviendo en los distintos países.
Para tecnología abierta, la de la naturaleza, que lleva 3.600 millones de años perfeccionando su capacidad de adaptación y de conservación del equilibrio de la vida continuamente. No hay innovación que frene el cambio climático de manera más abierta, democrática y renovable para capturar emisiones a través del suelo y los océanos. No hay tecnología más abierta, perfecta y rentable para producir aire limpio que los árboles y el mar.
La pandemia ha sido el río que ha removido todos los retos que tenemos como sociedad en el fondo del agua: precariedad laboral, emergencia climática, modelo de cuidados, pérdida de biodiversidad, sistemas de salud…. Hemos vuelto a descubrir que somos una sola humanidad conectada y frágil, que habita un solo planeta y que las respuestas pasan de manera ineludible por abrir soluciones, abrir datos y tecnologías, abrir gobiernos y políticas, compartir metas y caminos.
Muchas personas estamos siendo astronautas sin viajar al espacio, sintiendo ese efecto perspectiva en el que no existen fronteras cerradas a la innovación y en el que la apertura es clave para pilotar esta nave espacial llamada Tierra que compartimos.
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