En la tercera sesión de la Social Impact Academy los jóvenes se enfocaron en conocer los ingredientes que se necesitan para generar un proyecto de impacto social, trabajaron en la construcción de modelos que realmente cambien el mundo y donde las personas, los valores y el compromiso sean la prioridad.
El miércoles 3 de noviembre en el espacio LAAAB de la plaza del Pilar se llevó a cabo la tercera sesión de la Social Impact Academy. En esta ocasión los jóvenes se centraron en conocer y experimentar sobre distintos proyectos de ámbito social y colectivo que generen un impacto positivo real en el entorno.
La persona inspiradora en esta tercera sesión fue Ana Cristina López, impulsora de Rosa en Positivo, y Pilar Monzón, de REAS Aragón, fue la facilitadora de la sesión, enfocada a definir los diferentes ingredientes de un proyecto con impacto social. La Social Impact Academy busca con este tipo de sesiones no solo incentivar a los jóvenes a trabajar en sus proyectos, sino lograr que sus ideas vayan un poco más allá, que busquen ese valor diferencial para ellos y su entorno.
Impacto desde la resiliencia
Ana Cristina López, impulsora de Rosa en Positivo, fue la encargada de la charla inspiradora de la Social Impact Academy. Ella es sobreviviente de cáncer de mama y su experiencia hace más de 14 años le permitió darse cuenta de las distintas necesidades que día a día viven las mujeres que pasan por esta situación en temas de estética, por lo que decidió crear Rosa en Positivo. Un espacio donde las mujeres pueden, no solo acceder a cosmética apta para tratamientos oncológicos, sino que además pueden conectarse con una comunidad de apoyo y bienestar para las mujeres.
Durante la sesión los participantes se vieron muy interesados en compartir experiencias con casos similares, buscaron conocer cuáles habían sido sus herramientas y cómo funciona actualmente su negocio que tiene sede física en Zaragoza.
Los distintos perfiles que hay dentro de los participantes fueron un factor importante en la riqueza de las preguntas y comentarios que surgieron con la presentación de Ana Cristina. Algunos en la búsqueda de información sobre temas logísticos y de sostenibilidad, otros en los diferentes cuidados que debería tener una persona cuando pasa por un proceso de quimioterapia e incluso en la curiosidad si solamente atienden mujeres con diagnóstico de cáncer o si estaban abiertos a otras posibilidades.
Sin duda, la sesión de Ana Cristina generó una amplia conciencia en los jóvenes sobre la importancia de ser valientes y resilientes ante las adversidades, pero sobre todo en cómo las cosas que vivimos y nuestras experiencias nos pueden ayudar a modelar espacios de impacto positivo para nuestro entorno.
¿Realmente tu proyecto es innovador socialmente?
“¿La responsabilidad corporativa implica realmente que tu proyecto sea socialmente innovador?, ¿Qué impacto esperas tener con tu proyecto? ¿Algo de vosotros realmente quiere cambiar el mundo?”. Estas fueron las primeras palabras de la sesión de Pilar Monzón de REAS Aragón.
A lo largo de esta tercera sesión los participantes conocieron la historia de Pilar, y cómo ha estado ligada desde sus inicios son la Economía Social y solidaria, un concepto que busca poner como prioridad a las personas y su entorno a través de la producción y distribución (tanto de productos, como de servicios) organizados por el principio de la solidaridad, mediante una relación equilibrada con el medio ambiente y desde el respeto por todas las comunidades humanas. Impactando así positivamente.
Con los modelos de impacto que había mostrado Pilar durante esta sesión, los participantes realizaron la construcción de 4 modelos de cooperativas sociales que hoy en día están funcionando y que están generando impacto dentro de sus entornos. El objetivo con estas dinámicas era que pudieran detectar de primera mano cuáles eran realmente los ingredientes para desarrollar modelos de impacto y cuáles de esos ingredientes podrían ser realmente útiles para ellos y sus proyectos.
La sesión finalizó con una dinámica donde de manera colaborativa unían todos los ingredientes de los modelos creados para mostrar cómo en esencia es posible llevar el impacto social a cada idea o proyecto que tengamos, y donde cada participante comentó algo positivo que se llevaba de la sesión. Como Alejandro Ariella compartía: “porque sumamos más juntos que separados”
Una experiencia para crecer
La Social Impact Academy ha sido hasta ahora un espacio donde los jóvenes ven la posibilidad de hacer crecer sus ideas, tal es el caso de Álvaro Serrano quien comentaba que de estas sesiones ha logrado quedarse con píldoras muy interesantes para su proyecto de “acercar las montañas de forma sostenible a las personas”.
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