Entrevista a Carmen Marcuello Servós
Es catedrática en el departamento de Dirección y Organización de Empresas de la Universidad de Zaragoza y directora del grupo de investigación GESES-Universidad de Zaragoza. Desde 2016 es directora de la Cátedra Economía Social y Cooperativas y desde 2017 presidenta del OIBESCOOP y vicepresidenta de CIRIEC-España. Es co-fundadora de la asociación Musethica de la cual es directora social desde 2012 y como miembro del patronato de la Fundación Integración y Empleo forma parte del consejo de administración del Centro Especial de Empleo, Arapack, y de la Empresa de Inserción, Mapiser.
¿Dónde naciste? ¿Dónde te criaste?
He tenido la suerte de nacer en Sabiñánigo. Sabiñánigo es un lugar muy especial, con características similares a otras ciudades de Aragón. Es un lugar donde hay una enorme capacidad para unirse, asociarse y crear proyectos. Algunos ejemplos, que todo el mundo conoce, son Amigos del Serrablo, la Quebrantahuesos…
¿De dónde te sientes?
En mi opinión en Sabiñánigo hay una forma de ser abierta a conocer otras realidades y territorios y esto me ha influido a sentirme un poco ciudadana del mundo. Ahora bien, siento mis raíces muy unidas al territorio de Aragón, y especialmente de Sabiñánigo. También llevo mucho tiempo en Zaragoza y creo que es una ciudad acogedora donde me siento muy a gusto.
¿Cómo recuerdas tu infancia?
He tenido la suerte de tener una familia muy especial que nos empujó siempre a que podíamos soñar y crear, que no había ningún problema en pedir ayuda y que para llevar adelante las ideas había que colaborar con otras personas para construir espacios comunes y proponer iniciativas.
Nuestros padres nos dieron una formación que no solo era de estudiar, sino también de aprender y de hacer. Nos inculcaron el respeto a todo el mundo. Además, creo que es algo común todavía en el entorno del Pirineo, de las montañas, se valoraba mucho tener estudios, pero sobre todo que lo importante es tener cultura.
¿A qué colegio e instituto fuiste?
Estudié la EGB en el CEIP Montecorona y el bachillerato en el IES San Alberto Magno. En aquél entonces el colegio había pocos medios, tuvimos unos barracones provisionales que duraron mucho tiempo. Los años del instituto fueron un momento de una gran apertura. El profesorado siempre nos ofrecía posibilidades de participación, de crear… teníamos un periódico, “Mesaches”, radio, actividades…. De aquellos años y de diferentes cursos, hay muchas personas de Sabiñánigo que han desarrollado cosas muy interesantes. En mi opinión esto se debe a esa formación tan abierta e inspiradora.
¿Qué hacías cuando no estabas en clase?
Participé en el Orfeón Serrablés, estudié música en la escuela municipal de música de Sabiñánigo (ahora conservatorio profesional) y también en el Junior. Estuve en el equipo de balonmano de la Peña Edelweis, creamos una asociación ecologista y otra pacifista. A mis padres les gustaba mucho la montaña y recorrimos casi todos los valles y pueblos de la zona.
¿Qué estudiaste y por qué o, para qué, te decidiste por esa formación?
Estudié la licenciatura de Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad de Zaragoza. Mi padre falleció cuando tenía 15 años por lo que estudié con becas. Esto supuso algo más de exigencia para poder mantener la beca de estudios.
Elegí empresariales porque me interesaba la economía que conocía de la realidad más cercana. Mis padres crearon una cooperativa junto con varios amigos para construir el edificio de viviendas donde tenemos la casa familiar. Mi padre ayudaba también en una cooperativa agraria. En general, lo que había observado es que, ante las necesidades, la forma de resolverlas era promover proyectos colectivos que dieran una respuesta acorde a las preferencias y necesidades de las personas. En resumen, conocía una forma de economía desde y para las personas, que posteriormente supe que se denomina economía social y que ahora es mi profesión.
Y, cuando alcanzas la vida adulta y construyes tu propia familia, en sentido amplio…
Tengo tres hijas maravillosas, que me han dado alas, fuerzas, ilusión, y que me han empujado cada día a ser un poco mejor.
Zaragoza es una ciudad muy acogedora, en la que mantengo amistades desde mi época universitaria. Tengo muy buenos amigos y amigas de aquella época y de mi vida profesional y social actualmente.
¿A qué crees que has tenido que renunciar para alcanzar tu desarrollo profesional?
Por un lado, cuando fallece mi padre, mi madre queda con una pensión de viudedad muy pequeña y esto supuso un cambio en nuestra forma de vivir y de ver el mundo, porque fue necesario aprender a “vivir con poco” y disfrutar de lo que había. Esta situación limitó nuestras posibilidades de hacer determinadas cosas que me hubiera gustado hacer y no era posible.
Por la profesión que tengo, en el ámbito universitario, considero que este es un espacio privilegiado en el que no he encontrado muchas dificultades. Esta es una profesión muy absorbente, pero se me permitía organizar los horarios para facilitar la conciliación. También nos ayudó mucho contar con apoyo familiar en casa.
La maternidad, los embarazos, la crianza de mis hijas, etc., obviamente, me situaron en una posición que influyó en mi desarrollo profesional.
¿A qué dedicas tu tiempo libre?
Me apasiona la lectura y la música. Y desde hace ya varios años estudio danza oriental con una de las grandes profesionales, Carlota Benedí.
Además, tengo la suerte de haber podido conjugar mis intereses personales con los profesionales. Profesionalmente, me dedico a la investigación y la docencia universitaria en economía social y también, personalmente, puedo comprometerme en proyectos de este ámbito. Participo en la Fundación Integración y Empleo desde hace más de 25 años y través de la fundación soy miembro del consejo de administración del Centro Especial de Empleo Arapack y la empresa de inserción Mapiser. En el año 2012 creamos Musethica, una asociación internacional de música clásica de la que soy directora social y donde puedo colaborar y aprender con profesionales increíbles.
¿Cómo te sientes contigo misma? ¿Eres feliz?
Sí, me considero feliz. A lo largo de la vida he tenido la oportunidad de conocer diferentes territorios, personas, formas de ver la vida, que me han ayudado a comprender que no solo consiste en trabajar para una misma, sino en aportar algo a los demás y a tratar de construir de un mundo mejor. Y esto me ayuda a poder valorar y disfrutar el momento.
¿Estás dónde querías estar?
Sí. Sé que falta mucho, que los sueños que me han ido inspirando y que, en definitiva, son sueños compartidos con más personas, están cambiando poco a poco las cosas. Existen ciertos momentos de desánimo y frustración, pero creo que estoy en el camino correcto.
¿Cómo te ves en el futuro?
Seguiré trabajando de una forma u otra, porque al tener esta profesión, una de las cuestiones básicas es la curiosidad y el deseo de aprender. Trataré de continuar activa y participando en proyectos con capacidad de transformación social.
¿Cómo te gustaría ser recordada?
Me gustaría que mis hijas me recordaran como una madre que las acompañó para que pudieran crear sus propios caminos personales y profesionales.
Me agradaría mucho también que, los proyectos en los que me he implicado pudieran tener continuidad, independiente de que ya no pueda continuar.
Para terminar la entrevista, me gustaría conocer tu opinión personal sobre la situación actual de la igualdad.
En general, la lucha por eliminar las desigualdades entre hombres y mujeres ha experimentado avances, pero aún falta mucho por hacer. Sigue habiendo una feminización de muchos espacios y profesiones que están impidiendo esa igualdad, en cuanto a la brecha salarial, a las condiciones laborales y de acceso al mercado laboral… Todavía faltan muchas mujeres en las profesiones ligadas a la tecnología. Y por su puesto, la violencia machista sigue siendo un problema urgente.
También considero que persiste el eterno dilema entre economía productiva y economía reproductiva, y necesitamos entender que todos y todas necesitamos de los cuidados. Es un gran error contraponer o enfrentar estas dos posiciones, cuando deberían ir de la mano. Tenemos que ser más ambiciosas y comprender que además de avanzar en la igualdad entre hombres y mujeres, hay que seguir caminando en reducir las desigualdades entre las personas y el compromiso con el cuidado de los colectivos de personas más vulnerables y del planeta.
El proyecto Mujeres Aspasia se ha realizado gracias a las entrevistas realizadas por Sergio Aparicio Pérez, como parte de las prácticas realizadas en el LAAAB dentro del C.P. 3 de Promoción para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, gestionado por CEOE Aragón.
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