Entrevista a Lucía López Marco
Es licenciada en Veterinaria y graduada en máster en Agroecología, Desarrollo Rural y Agroturismo y Máster en Periodismo y Comunicación Científica. Desde que finalizó sus estudios, ha trabajado y colaborado en diversos proyectos en torno a la ganadería sostenible, el desarrollo rural y la soberanía alimentaria en Bolivia, Alemania, Aragón y Cantabria.
Actualmente, vive en un pequeño pueblo del Pirineo Aragonés y trabaja como coordinadora en Aragón de la ONG Justicia Alimentaria. Desde 2015 dirige y coordina el Proyecto Mallata.
¿Dónde naciste, Lucía?
Nací en Zaragoza.
Y, ¿de dónde te sientes?
Podría decirte que me siento aragonesa; actualmente vivo en un pueblo de Huesca, y me considero más de Aragón. Defiendo nuestra lengua, nuestra idiosincrasia y me siento muy de aquí, muy de Aragón.
¿Dónde creciste? ¿Cómo lo recuerdas?
Crecí en Zaragoza y residí allí hasta la Universidad. Con dos años vivimos un año en Arnedo, en la Rioja, porque destinaron allí a mi madre, pero de esa época no tengo recuerdos. Y hasta que me fui de Erasmus a Múnich durante la carrera, el resto de mi infancia y juventud, viví en Zaragoza.
Recuerdo mi infancia como una época muy feliz. Subíamos los veranos a Biescas, de vacaciones… La verdad es que de pequeña lo pasaba muy bien.
¿Qué hacías cuando no estabas en el colegio?
Me gustaba mucho salir a pasear a nuestra perra, ir a casa de mi abuela, subir al Pirineo los fines de semana, jugar con mis primos…
Y, ¿tienes algún recuerdo especial de algún profesor que te marcara positivamente?
Me marcó mucho, y para bien, un profesor que me dio Historia en 2º de bachillerato y que se llamaba David Izquierdo. Además de hacer las clases muy amenas y de transmitirnos su pasión por la asignatura, nos invitaba a pensar, a buscar información y contrastar las cosas, y en mi caso concreto, me animó mucho a investigar y a escribir; en definitiva, potenció mi motivación por las cosas que me gustaban.
¿Qué estudiaste y por qué te decidiste por esos estudios?
Desde pequeña siempre había querido estudiar veterinaria, porque me encantan las vacas, todo lo relacionado con la ganadería y el medio rural. En la facultad, tengo un gran recuerdo de mi profesora de agronomía, Olivia Barrantes, que me descubrió un mundo fascinante para mí.
En toda esta etapa de formación, ¿percibiste algún tipo de sesgo o discriminación por tu género?
Realmente, en mi infancia no recuerdo haber tenido problemas por ser niña. Hasta que no acabé la carrera y comencé a buscar trabajo no percibí sesgos de género. Sí es cierto que, en Alemania, la igualdad no estaba tan avanzada como en España, y pude ver cosas que me llamaron mucho la atención, como a chicas estudiando una carrera para buscar marido…
También recuerdo un proceso de selección en el que me dijeron que mi currículo era muy bueno, pero que directamente me excluían, porque estaban buscando un hombre. Así, sin ningún miramiento. Me quedé literalmente en shock.
Podrías hablarnos un poco de tu vida personal, actualmente.
Actualmente tengo pareja y tenemos una niña pequeña, de dos años y medio. Conservo amistades desde mi etapa de estudiante, y de la universidad, que es donde hice vínculos más fuertes, al encontrarme con personas con las mismas motivaciones e intereses. He podido forjar grandes amistades en todos los lugares donde he vivido, y tengo un círculo personal bastante amplio y agradable.
¿Cómo os planteáis la educación de tu hija?
Mi hija comienza pronto el colegio, y queremos que estudie en un centro público de la comarca, porque valoramos el esfuerzo y la capacitación de los docentes de la escuela pública, y la diversidad de clases sociales, religiones y culturas que puede ofrecer a nuestra hija.
¿A qué renunciaste para alcanzar los logros profesionales que has conseguido?
He tenido que ir adaptándome a las circunstancias del momento. Llevo muy mal el tener por encima a personas que no me parecen lo suficientemente competentes. A lo largo de mi carrera he tenido la suerte de contar con buenos jefes, pero también me los he encontrado muy malos. Sí que he tenido que renunciar a trabajos que me gustaban mucho por discrepancias de ese tipo. Y cuando tienes un objetivo como el mío que era vivir en un pueblo, tienes que ir adaptándote a las opciones que te encuentras, y ver cuál te encaja más.
Pero siempre puedes reinventarte. Cuando terminé la carrera, soñaba con tener vacas, pero reconozco que es muy difícil tener ganado por las dificultades que pone la Administración. Pero a nivel profesional he procurado integrarme en proyectos que me gustaban y en los que me sentía cómoda.
¿A qué dedicas tu tiempo libre?
Ahora dedico mi tiempo libre fundamentalmente a mi hija; llevarla al parque, ir a pasear… También me gusta mucho escribir. Me encanta hacer bordados, ganchillo, macramé, todo el tema de manualidades relacionadas con la costura, pero últimamente no puedo dedicarles mucho tiempo.
¿Cómo te sientes contigo misma? ¿Eres feliz?
Soy muy feliz, la verdad. Diría que tengo una vida estable y plena, y que tengo todo lo que quiero; creo que no me puedo quejar.
¿Estás dónde querías estar?
Yo creo que sí; he conseguido vivir en un pueblo, con todo lo que esa vida conlleva, y personal y profesionalmente estoy muy a gusto con mi vida.
¿Cómo te ves en el futuro?
La verdad es que no pienso mucho en el futuro. Prefiero centrarme en el presente. Creo que, si tú estás bien, en el futuro va a ir todo bien. Si pretendes controlar el futuro, el presente se desmorona.
Recuerdo cuando accedí a una beca de cooperación en Bolivia, y allí aprendí la importancia del presente. Había mujeres vendiendo en el mercado, querías comprarles y en ocasiones te decían: “No, hoy ya no vendo más, porque ya he vendido todo lo que necesitaba para vivir hoy”. Y este planteamiento contrasta mucho con nuestra forma de vivir, siempre pensando en lo que haremos en el futuro y al final llega ese momento y ya es demasiado tarde. Prefiero hacer ahora las cosas que quiero hacer y no pensar mucho en el futuro, como máximo a uno o dos años.
¿De qué te sientes más orgullosa?
Yo siempre he tenido muy claro que quería ser madre y tener a mi hija es lo mejor que me ha pasado nunca. De lo que me siento más orgullosa es de mi maternidad.
¿Cómo te gustaría ser recordada?
Espero que pase mucho tiempo hasta que alguien me tenga que recordar. Creo que muchas veces nos centramos en recordar a personas del pasado, no sé, como Joaquín Costa, Ramón y Cajal, Virginia Wolf, por citar unos ejemplos. Insistimos en buscar referentes entre los muertos y creo que es mucho más interesante buscar referentes entre los vivos; lo que hacen es más actual y si estamos siempre anclados en el pasado nunca vamos a avanzar. Pero personalmente, no quiero que me recuerden de ninguna manera especial.
Y, para terminar la entrevista, me gustaría conocer tu opinión personal sobre la situación actual de la igualdad entre mujeres y hombres.
Pues la veo muy mal. Hace poco participé en una mesa redonda sobre literatura rural y me preguntaron: “Lucía, tú que eres una gran defensora del aragonés, de la ganadería extensiva, de la soberanía alimentaria y de la igualdad entre mujeres y hombres; ¿Cuál de ellas crees que está ahora en peor situación?”. Y contesté que, sin duda, la igualdad.
Suelo impartir muchos talleres sobre este tema en institutos y percibo que las chicas jóvenes están mucho más concienciadas que las de mi generación, pero los chicos no quieren avanzar hacia la igualdad real, y la ven incluso como un ataque a su masculinidad. Me da un poco de miedo que, estas cuestiones que tendrían que estar superadas, en vez de avanzar estamos retrocediendo.
Y creo que vienen tiempos muy oscuros para muchas cosas, pero especialmente para algo tan fundamental como es la igualdad entre todas las personas; no solamente entre hombres y mujeres, sino también en con las personas migrantes, las personas no heterosexuales, etc.
El proyecto Mujeres Aspasia se ha realizado gracias a las entrevistas realizadas por Sergio Aparicio Pérez, como parte de las prácticas realizadas en el LAAAB dentro del C.P. 3 de Promoción de la Igualdad Efectiva de mujeres y hombres gestionado por CEOE Aragón.
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