Un festival de referentes, datos y enfoques sobre liderazgo: así fue el curso universitario

UN FESTIVAL DE REFERENTES, DATOS Y ENFOQUES SOBRE LIDERAZGO FEMENINO: ASÍ FUE EL CURSO UNIVERSITARIO

Los días 26 y 27 de octubre la #ComunidadAspasia hizo un intensivo de reflexión y participación al hilo del liderazgo participativo. Ya en la inauguración María Antoñanzas, directora del IAM, puso la base para empezar el intercambio: “El liderazgo ha cambiado. Ya no se exige autoridad y control. Las mujeres podemos aportar actitudes para un liderazgo beneficioso para toda la sociedad”.

Mª Ángeles Millán, coordinadora del curso, nos recordó que el liderazgo se entiende, en general, muy vinculado a lo empresarial y lo deportivo. Sin embargo, en este curso se abrió a muchos más ámbitos: científico, cultural, periodístico, sanitario, educativo… 10 ponentes, cada quien de un ámbito diferente, con referentes y datos muy interesantes y con diversas experiencias profesionales sobre liderar y ser lideradas.

En la ponencia inaugural, Mª Ángeles Millán incidió en la necesidad de “repensar el liderazgo considerando la perspectiva de género porque el logro y el poder no significan lo mismo para las mujeres”. Guiada por María Moliner en la reflexión epistemológica y filológica, nos inició al liderazgo transaccional y al liderazgo transformacional con Foucault y Bentham. La conexión que realizó con los estereotipos y prejuicios de género desde la teoría de la congruencia del rol marcó el desarrollo de su intervención.

Desde el ámbito educativo, Antonio Serrano, con guiños a Robert Musil, Paul Klee o Walter Benjamin, habló de la persistente desigualdad entre hombres y mujeres en el acceso al empleo a tiempo completo. Y cómo los liderazgos en la educación no reflejan la diversidad ni del estudiantado en particular, ni de la sociedad en general, por lo que el reto es encontrar a “un banco de expertas en temas de epistemología feminista o capaces de introducir la perspectiva de género y su viabilidad”.

Ruth Vallejo, exdecana de la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo de Unizar, se arremangó para tratar de solucionar la desigualdad que existe, de facto, en el ejercicio de liderazgo, revisando las leyes al mismo tiempo que yendo mucho más allá de ellas. Recuperando a Flora Tristán, Clara Zitkin o Alejandra Kolontai, entre otras, habló desde el ámbito de las relaciones laborales y la prevención de riesgos. Y cómo, desde su experiencia del ejercicio del liderazgo, entiende que “las mujeres no quieren estar en puestos de liderazgo porque hay una resistencia masculina que se vive en el día a día”.

Precisamente de la cotidianidad del ‘mal clima’ en el entorno laboral nos hablaron mucho Carmen Corona y Sara Sánchez, de la Universidad Politécnica de Valencia, desde lo científico-académico. Carmen expuso la imagen del gráfico de tijera “donde tenemos un grave problema en lo que es el acceso a puestos de investigación de mayor responsabilidad” para las mujeres en España y compartió los datos que muestran que “hay muy pocas mujeres investigadoras principales en España: solo un 37% de las propuestas del Plan Nacional de España fueron lideradas por mujeres y solo un 27,4% de las solicitudes españolas al Consejo Europeo de Investigación tenían al frente a una mujer”.

Y como resultados del proyecto de investigación INVISIBLES, que busca entender las dinámicas que facilitan o dificultan que las mujeres lleguen al liderazgo en ciencia e investigación, Sara Sánchez expuso que la primera razón con que las mujeres encuestadas explican el abandono de puestos docentes e investigadores es “el mal ‘clima laboral’, que engloba discriminación, liderazgo disfuncional y sensación de no encajar. Los hombres aducen razones profesionales como el bajo salario o la presión por publicar”. Otro dato demoledor de su investigación muestra cómo “ninguna mujer que haya sido madre deja sin usar su permiso de maternidad frente a bastantes hombres que, siendo padres, sí han dejado de usarlo”.

Pasando al ámbito de la política, Blanca Merino de la Universidad de Kingston nos recordó que “solo el 25% de la representación parlamentaria la ejercen mujeres y solo 6 países (de 232) llegan al 50% de representación (con cuotas algunos)”. Trayendo a Hanna Pitkin y a Anne Phillips, nos habló de la representación descriptiva y sustantiva, del peso de las experiencias atravesadas por el género y del papel de las mujeres de diferentes partidos e ideologías en la lucha por la igualdad, en la que descubrió que “para que las mujeres en política tengan peso influye mucho, según mi investigación, los vínculos y relación personal que tengan con los altos cargos del partido”. Hasta aquí llegó un primer día intenso y fructífero.

En la segunda jornada, Mª Jesús Lorente, presidenta de CEPYME, dinamizó al público hablando de su experiencia en consejos de administración y espacios de dirección eminentemente masculinos. Recordando la realidad empresarial de Aragón, con muchas empresas y muy pequeñas, desmontó enérgicamente muchos de los argumentos escuchados en altas esferas para no abrir paso a mujeres y conminó a las mujeres a “dejar de ser las segundas perfectas, como las vicepresidentas, para ser las primeras imperfectas, presidentas. Igual que lo hacen los hombres y ahí tenemos una barrera nosotras mismas”.

Desde el ámbito cultural la laureada directora de cine Mercedes Gaspar fue desgranando situaciones sobre toma de decisiones y liderazgo con escenas de su película Huidas. Nos fue relatando cómo “hay una dinámica de empatía que es fundamental para hacer una película en todos los niveles y en todos los momentos. Cada escena requiere un trabajo de equipo impresionante y hay que, en el liderazgo, gestionar y llevar tantas cosas a la vez adelante”. Con el foco puesto en las personas y en la historia que quieres contar, compartió cómo “en los rodajes nunca me ha fallado una mujer por temas de conciliación, siempre han sido los hombres los que han puesto como problemas que tienen a sus peques. Las mujeres se buscan la vida, pero vienen a trabajar dejando organizados a sus peques”.

Eva Pérez Sorribes, directora de contenidos en Cadena SER Aragón, tenía claro que quería hablar de la visibilidad trampa y de la nueva versión de la mujer florero, en la que “basculamos entre el paternalismo y la necesidad de ocupar puestos”. Desde el ámbito de la comunicación, contextualizó que el ejercicio del liderazgo para las mujeres se suma a otras muchas tareas acercándolas a “el infarto del alma”, del que habla Byung-Chul Han. Reivindicó el papel de los hombres en los cuidados para poder avanzar en igualdad y reconoció a las mujeres que abren brecha en diferentes campos porque “estamos aquí gracias a ellas”. Y citando a Maruja Torres invitó a pasar del victimismo a la plena realización personal en el campo profesional.

Desde las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, Mónica del Real, fue contando cómo la inclusión de conceptos claves para entender las dinámicas de género en el liderazgo se ha ido dando poco a poco. Desde lo genérico de la desigualdad, explicó su proceso de ir haciendo carne las brechas de género y la infrarrepresentación, encontrándose en situaciones donde “de los diez reconocimientos que se daban a instituciones, sólo uno fue entregado a una mujer y subió acompañada de un hombre”. Y cómo, una vez en puestos de liderazgo, “las mujeres tenemos un máster a la hora de fustigarnos en nuestra conversación interna muchas veces: los mandatos de género que interiorizamos nos limitan muchísimo y nos sentimos en la obligación de tener que demostrar”.

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, se dedicó a hablar del liderazgo en contexto de crisis y los criterios para la toma de decisiones. Con una argumentación científica e impecable habló de la necesidad, en situaciones de crisis, de “encontrar una persona que junte confianza y credibilidad, esa persona es la líder. Y no es fácil encontrar personas que aúnen las dos características”. En la búsqueda del equilibrio entre credibilidad y confianza, y reivindicando el lugar de la ciencia como espacio de construcción de conocimiento siempre en cambio y que asume la incertidumbre de partida, denunció los ataques recibidos por personas líderes de la comunidad científica que comunicaban durante el Covid-19 estudiados por la revista Nature (y que mostraban una similaridad asombrosa con la violencia recibida por las mujeres líderes en política). Y con un emotivo guiño a Aspasia, concluyó que “ningún líder tiene que tener superpoderes, solo tiene que tener buena información y saber manejarla bien”.

  • Laboratorio para fomentar la participación ciudadana en el diseño de políticas públicas. El LAAAB es una herramienta de innovación democrática y un espacio de encuentro entre la administración y la sociedad civil, un lugar donde cooperar, reflexionar y experimentar junt=s sobre los desafíos comunes.

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