DE LA EXPERIENCIA A LA ESPERANZA FRENTE AL ACOSO ESCOLAR, GRACIAS AL CINE
Hogar, la canción de Pedro Guerra, abrió, como base musical, la jornada cinematográfica del cinefórum “Mujeres tras las cámaras: retratos y autorretratos” (2ª edición), celebrada en el LAAAB el 2 de mayo, Día internacional contra el acoso escolar. Y fue profecía de lo que vendría: sentirse en casa, desde la vulnerabilidad y la seguridad, hablando del acoso escolar de la mano de Laura Torrijos-Bescós, Ana Bescós y Arantza Palaín, con la magistral dinamización de Ana Asensio.
Con el aforo a reventar, Ana Asensio comenzó presentando a las tres invitadas de la tarde, en la que se visionaron dos cortos de Laura-Torrijos Bescós: “Había una vez” (2018) más “Y Eva también” (2022), de los que no podemos desvelar mucho porque contienen importantes sorpresas y giros en su final. Ambos disponibles para trabajar con alumnado en Aragón gracias a la generosidad de su directora y productora.
Como preámbulo a la proyección, Arantza Palaín, trabajadora social y profesora de Servicios a la Comunidad del Equipo de Orientación Educativa en Convivencia Escolar (EOECE) del Gobierno de Aragón, expuso una concisa contextualización de lo que es acoso escolar, que se caracteriza por ser repetido, intencionado y en situación de desequilibrio de poder. Y explicó brevemente la regla de las 3 C para detectarlo en la infancia y adolescencia: cambios en las costumbres, cuerpo (modificaciones del lenguaje corporal) y campanas (no querer ir al colegio, lo que en Aragón conocemos como hacer pellas o pirola).
El cine es una labor especialmente de equipo, por eso, seguidamente, intervinieron nuestras otras dos invitadas hablándonos sobre sus roles profesionales en las historias que veríamos a continuación. Laura Torrijos-Bescós, guionista y directora, nos contó cómo la realización de cada corto había sido muy diferente por sus situaciones vitales. En “Había una vez”, por su implicación también como actriz protagonista, en la piel de un personaje que sufre una dura situación. En “Y Eva también”, partir de una experiencia personal lo volvió más complejo, más íntimo; si bien, usar la animación como recurso audiovisual facilitó poder mostrar, con claridad, pero sin violencia, momentos delicados. Relató también la intención de emplear el cine “con el objetivo de cambiar la mentalidad, para mantener la esperanza”, siendo consciente de que “Y Eva también” ofrece una perspectiva cíclica y sistémica de las situaciones de acoso escolar.
Ana Bescós hizo una ofrenda totalmente aspasiana: precisar el polifacético papel de la producción cinematográfica (y tangencialmente también el de la producción editorial) para el público, así como el papel de las mujeres, como ella, en estos oficios. Desde pintar y acondicionar el cuarto de limpieza del instituto que sirvió de localización para “Había una vez”, hasta buscar profesionales y financiación para materializar ambos cortos. Y también habló desde el lugar de las familias de las víctimas de acoso escolar, cuando confesó ser “productora del audiovisual y productora de la propia Laura”, para sorpresa del público que no conocía tal relación. Se visionaron a continuación los dos cortos, que dejaron al público con inquietud de conocimientos y avidez de respuestas.
Arantza Palaín compartió los datos y situaciones actuales sobre el acoso escolar, recuperando el contenido del I Estudio sobre acoso escolar y ciberacoso en España, realizado por Fundación ColaCao y la Universidad Complutense de Madrid. Arantza mostró no solo las estadísticas horripilantes de la extensión de esta práctica, también reflexionó sobre las cuestiones de género vinculadas con el acoso y relacionó los esfuerzos y dinámicas que trabajan desde una mirada restaurativa en lugar de punitiva.
El público asistente volcó un sinfín de preguntas surgidas de los entramados que aparecen en los cortos, pasando por opciones creativas como la animación o las canciones infantiles. El proceso cinematográfico también suscitó curiosidad, como el reto que implica dirigir e interpretar a la par, o las dificultades por plasmar temas tan conflictivos y movilizadores como el acoso, la trata o los abusos sexuales.
Pero lo que más debate despertó fueron las respuestas del alumnado que ha visionado estos cortos que Laura y Ana van ofreciendo a diferentes centros educativos y formativos de Aragón. Laura se ha especializado ya, no solo en contar su experiencia con calidad artística y humana, también en proponer diferentes dinámicas participativas que ayudan a visibilizar que lo que sucede en “Y Eva también”, aunque a veces y en primera instancia se niegue, es una realidad en los centros educativos. Reivindicando el protagonismo y la implicación del público adolescente, confesó que “ya noto qué alumnos tienen perfil de acosador, y quienes, de acosado, porque los reconozco”. En esa línea, Ana Bescós reivindicó cómo el cine, como herramienta de sensibilización llega mucho más que otras propuestas, especialmente a la gente joven.
Arantza aprovechó esta intervención para compartirnos prácticas que desde el sistema educativo se están aplicando para abordar estas situaciones, como el alumnado ayudante, los círculos restaurativos o las tutorías afectivas. En este sentido, las referencias cinematográficas que se comentaron para trabajar el acoso escolar fueron múltiples: películas como “Cobardes” (2008), “El sándwich de Mariana” (2014) y “Un pequeño mundo” (2021), entre otras. Y las ganas de seguir hablando y compartiendo propuestas para prevenir y reducir esta problemática exudaron por los poros del público asistente que, como siempre, gozó de una tarde de cinefilia e igualdad.
Fotos: Pilar Irene Montes (Pimontes, @piillmontes) y Ángel López (@alopezca)
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