RESILIENCIA, PERSEVERANCIA Y GALLETAS DE LA FORTUNA SOCIAL: INNOVACIÓN CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
El pasado 16 de mayo, café y sorpresas en forma de galletas de la fortuna social, volvieron al LAAAB su esencia innovadora, con perspectiva de género incluida en el Innova-café: Mujeres inspiradoras que transforman con propósito. Patricia Tejero, Lucía Moreno, Iris Jordán y Marianna Martínez, junto con las más de 20 personas asistentes, reflexionaron sobre la innovación en campos como el emprendimiento, la ciencia ciudadana, la gastronomía o lo social, tratando de visibilizar la situación de las mujeres, así como las potencialidades y dificultades que esta ofrece.
Marianna , moderadora a la par que ponente, fue desgranando diferentes preguntas a las invitadas, que desde los diferentes ámbitos profesionales fueron contestando desde su experiencia y competencia. Empezando por mover la definición de innovación desde el nicho tecnológico en que la tenemos arrinconada, hasta hacerla transversal a cualquier área. Una innovación que se cree propuestas que sean factibles, viables y deseables que provoquen un triple impacto positivo: económico, social y ambiental.
La situación de las mujeres en la innovación dio para mucho debate porque difiere mucho en las diferentes áreas. Iris Jordán (@iris_jordan_martin) destacó que cuando empezó como chef le dieron la bienvenida a una cocina profesional siendo la única mujer y cómo ahora, al ser jefa de cocina (1 de las 10 a nivel estatal) sólo tiene, a la hora de elegir personal, curricula enviados por mujeres. Lucía Moreno (@ibercivis) desde la ciencia ciudadana habló de la problemática previa y constante de tener que argumentar y defender cómo las ciencias sociales también son ciencia y aportan a las ciencias “duras” las competencias profesionales que habilitan la participación ciudadana: hablar con las personas, motivarlas, implicarlas, hacerlas protagonistas. Patricia Tejero (@insert_yawal) desde la innovación empresarial rescató la dificultad de ser visibles y respetadas en un sector tan masculinizado, incluso cuando se ha trabajado y aportado más que algunos hombres. Marianna Martínez (@mmalfaro31) rescató la posibilidad siempre de la innovación, que no es problemática para ni desde las mujeres, ahondando en la dificultad de ciertos espacios rígidos y con tradiciones de largo aliento que no quieren ningún elemento (ni de innovación ni de género) que altere los cánones establecidos.
Relataron muchas habilidades que se aprenden y competencias que se requieren para poder innovar en los campos profesionales: desde la actualización e investigación profesional constante, la organización y planificación afinada, la tolerancia a la frustración, la capacidad de liderazgo o la persistencia. Pero coincidieron las cuatro, sobre todo, en la necesidad de hacer la innovación un estilo de vida: una creencia arraigada que marca metodológicamente tu carrera profesional y tus decisiones cotidianas.
Con café y pastas entre tanto, aterrizaron cómo se traduce esto en el ejercicio profesional. Para Iris, “en la innovación tienes que tener personalidad y líneas muy bien fijadas, que lo que estés contando sea verdad y que sea un estilo de vida, que todo tenga sentido”. “La innovación siempre tiene que venir de lo colectivo y trabajar con un buen equipo de personas. Mostrar vulnerabilidad no tiene por qué ser malo: hay que cambiar de paradigma hacia la resiliencia”, comentaba Lucía Moreno. Patricia, también hablaba de resiliencia: “hay que mantenerse firme y convencida, de forma genuina. En la innovación, los grises no van bien… hay que aguantar los vientos y las bandadas”. Marianna, con respecto al estilo de vida de la innovación destacó “el trabajo colaborativo y la gestión de los aprendizajes, ser auténtica en una sociedad del postureo y del envase, aprendiendo a gestionar también el riesgo y el error”.
Cuando llegó el tiempo de preguntas del público, se amontonaron manos y palabras. Pero además, la sorpresa en forma de galletas de la fortuna social, hizo aparecer conceptos relacionados con la innovación con los que las personas participantes armaron diferentes preguntas a las invitadas. Complejas e incisivas, preguntaron por soluciones innovadoras para fomentar la inclusión, la paridad y evitar la discriminación en la innovación, o cómo incluir la diversidad (en todas sus expresiones) a la hora de innovar.
Una tarde de reflexión, café, aprendizaje, galletas, fortuna y risas en las que se puso sobre la mesa no sólo dificultades y problemáticas, también propuestas, redes y colaboraciones en las que la perspectiva de género y la innovación, amplia y diversa, abren el universo de posibilidades y democratizan la igualdad de oportunidades en él.
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