Cine para sanar, cine para biografiar: cinefórum con María Salgado.

CINE PARA SANAR, CINE PARA BIOGRAFIAR: CRÓNICA DEL CINEFÓRUM CON MARÍA SALGADO.

La tarde del 15 de octubre, Ana Asensio Burriel (Asociación Mujeres y Cine), nuestra dinamizadora del cinefórum Mujeres tras las cámaras: retratos y autorretratos, le pidió a María Salgado Gispert  (@mariasalgadogispert), directora de los tres cortometrajes que se iban a proyectar, que introdujera sus obras al público con una frase sobre lo que íbamos a ver. María dijo que A Violeta era una oda a la maternidad y una reconciliación con su madre, que Lo que se espera de mí era una duda abierta sobre si la maternidad tenía que habérsela replantado antes de lanzarse. Y de Titán dijo: “solo os pido que la veáis hasta el final”. Y ese fue el inicio de un viaje por una montaña rusa de emociones.

Visionados en orden cronológico, pasamos por el mundo acuático y maternal de A Violeta, donde una mujer a punto de ser madre se reconcilia con la suya propia, siguiendo el hilo narrativo de la definición de palabras como embarazo, romper, madre o amante, con las que te hacemos un mega resumen del corto. Puedes (y te recomendamos) verlo en abierto en la web de María Salgado si no te quieres perder el ascensor y el contestador, la ubicación de la cámara entre paredes para hacer “universos separados” en una discusión o la escalera comunitaria que nos interconecta a todas las protagonistas, que fueron algunos de los recursos cinematográficos que llamaron la atención del público.

Lo que se espera de mí, que también está en abierto, es quizá la película que María enfocaría ahora de manera más diferente. Una discusión en la pareja que se casa en mitad de la boda, que pone de manifiesto todas las expectativas sociales sobre las mujeres y las fórmulas comunicativas manipuladoras utilizadas por el novio, con el motor de un coche que nos lleva de la luz de la ilusión a la negra noche de la incertidumbre. “Hay que aprender a vivir en la incertidumbre”, reivindicaba María Salgado, enarbolando el cine como narrativa diversa de vidas y opciones que facilita sanar episodios vitales.

Cuando le llegó el turno a Titán, el público estaba entregado. Pero Titán es una obra intensa, autobiográfica, que narra una situación de abuso infantil en medio de la cotidianidad adulta, en un contexto festivo, que removió cuerpos y mentes. Equitación, infancia, abuso y celebración parecen palabras aleatorias y contradictorias, pero son en realidad el abstract de la película, en la que Roberto Enríquez y Paula Toribio sobresalen actuando alrededor de un espectacular caballo.

Surgieron debates a galope tras el visionado: las estrategias manipuladoras de adulación, separación y sometimiento, sutiles e intensas, por parte de quienes maltratan; el cómo dirigir la puesta en escena de un episodio personal tan traumático; el cuidado de las menores actuando ante historias tan difíciles; los contextos festivos en los que proliferan las agresiones; la resiliencia de quienes hacen cine y la narración cinematográfica como recurso de sanación y reivindicación de una sociedad en la que dejemos de victimizar y empecemos a responsabilizar.

Una nueva jornada en la que la #ComunidadAspasia volvió a encontrarse, dialogar y ver cine de la mejor calidad para transformar las visiones propias y comunes sobre la igualdad en nuestra sociedad. Y que concluyó con la lectura de un fragmento del libro de Pablo d’Ors, Biografía del silencio, que sintetiza el ansia por el cine para la biografía que nos compartieron María Salgado y Ana Asensio:

“El agua que no corre se estanca, se pudre y huele mal; eso lo sabemos todos. Pero también se pudre y huele mal toda vida que no fluye. Nuestra vida sólo es digna de este nombre si fluye, si está en movimiento. Sea por cobardía o por pereza, sin embargo, o incluso por inercia -aunque casi siempre es el miedo lo que mayormente nos paraliza-, todos tendemos a quedarnos quietos y, todavía más, a encastillarnos. Encastillarse no es sólo quedarse quieto; es dificultar cualquier movimiento futuro. Buscamos trabajos que nos aseguren, matrimonios que nos aseguren, ideas firmas y claras, partidos conservadores, ritos que nos devuelvan una impresión de continuidad… Buscamos viviendas protegidas, sistemas sanitarios bien cubiertos, inversiones de mínimo riesgo, ir sobre seguro… Y es así como el río de nuestra vida va encontrando obstáculos en su curso, hasta que un día, sin previo aviso, deja de fluir. Vivimos, sí, pero muy a menudo estamos muertos. Nos hemos sobrevividos a nosotros mismos: hay biología, pero no biografía”.

La siguiente sesión del ciclo será el 5 de noviembre con la proyección de La cosa vuestra y diálogo con su directora, María Cañas. ¿Te esperamos?

Fotos: Pilar Irene Montes (Pimontes, @piillmontes) y Ángel López (@alopezca)

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